Ganador reciente del premio Jorge Manrique, Flores dice que con el nombre de poesía se venden textos carentes de “recorrido”.
“Los poetas feroces cuentan lobos para dormir” es el título de la obra con la que Pedro Flores, quien nació en 1968 en Las Palmas de Gran Canaria, obtuvo el premio Jorge Manrique, organizado por la Diputación de Palencia y el Ayuntamiento de Paredes de Nava, dotado con 6.000 euros y la publicación de la obra por la editorial Cálamo.
Un poeta “necesita una obsesión”, y este libro es un conjunto de “obsesiones propias”, declaró el autor a Canarias 7. Esas obsesiones, detalló, “vienen siendo el poema dentro del poema y la poesía dentro de la poesía”.
Así, en la obra “la mayoría de los poemas son una visita o una revisita a las historias, los acontecimientos y las vidas de muchos autores que tuvieron una vida feroz y una muerte aún más feroz”.
En 2022 el poeta logró una cantidad notable de reconocimientos. Además del Manrique, obtuvo el Premio Internacional Generación del 27 con “Los gorriones contrarrevolucionarios (y otros poemas)” y un accésit en los Premios del Tren. En años anteriores había conseguido el Flor de Jara, el José Hierro, el Antonio Oliver Belmás y el Gil de Biedma.
Su primera obra de poesía publicada data de 1994, “Simple Condicional”. También es autor de relatos.
Acerca de los “feroces” a los que se refiere el título, mencionó a Canarias 7 a Edgar Allan Poe, Stéphane Mallarmé, Dylan Thomas y César Vallejo.
Durante el reportaje fue tratado el tema de la poesía que circula por internet, objeto de debate frecuente en España desde hace varios años. Poetas que se dieron a conocer mediante ese instrumento, por la música o programas de televisión, tienen promoción intensa de grandes editoriales y una parte de la prensa, y alcanzan volúmenes de ventas muy significativos.
Sobre ese panorama, Flores declaró que “hay una crítica no descarnada, velada, a los poetas que no leen poesía, que nacen en la pura indigencia. Vivimos en unos tiempos de indigencia poética. No me molesta que esa poesía se venda. Pero con el apelativo de poesía se llama a cosas que no tienen recorrido poético. Y sin recorrido, no se puede dialogar con el pasado y así es imposible. Al menos, el conocimiento de la tradición nos vale para jugar con ella y ser irreverente”.
La sociedad no le da importancia a la poesía, prosiguió, porque “no la tiene”, pues “se admite como poesía literaria cosas que son meras exposiciones sentimentales”.
Esa modalidad, según Flores, “tiene su origen en ciertas corrientes poéticas anteriores, que son más cultas y leídas, que se anclaban mucho ahí. La poesía de la experiencia de los años 80 puede ser madre de esta poesía inconsistente actual. Todos hemos empezado a escribir y hemos tenido nuestras primeras tentativas. Pero ahora muchos nacen ya con la idea del final y sin el recorrido previo. Quieren que sus ensayos ya sean aciertos”.
Describió como objetivo de su poesía “joder al lector” y “entrampar”.
“La poesía es el arte de disfrazar, no es desnudar la palabra. Consiste en vestir aquello que todos sentimos y teorizamos, pero lo disfrazamos. Me gusta la poesía que entrampa al lector y que lo lleva a situaciones insospechadas mediante unas perspectivas que solo el poeta tiene. Me gusta el engaño al lector, no la mentira”, explicó.
La entrevista completa está disponible en este vínculo: https://www.canarias7.es/cultura/libros/poeta-siglo-carronero-20230217201314-nt.html