Cristina Peri Rossi / Frágiles cerraduras

Viaje

Mi primer viaje
fue el del exilio
quince días de mar
sin parar
la mar constante
la mar antigua
la mar contínua
la mar, el mal
Quince días de agua
sin luces de neón
sin calles sin aceras
sin ciudades
solo la luz
de algún barco en fugitiva
Quince días de mar
e incertidumbre
no sabía adónde iba
no conocía el puerto de destino
solo sabía aquello que dejaba
Por equipaje
una maleta llena de papeles
y de angustia
los papeles
para escribir
la angustia
para vivir con ella
compañera amiga

Nadie te despidió en el puerto de partida
nadie te esperaba en el puerto de llegada
Y las hojas de papel en blanco enmoheciendo
volviéndose amarillas en la maleta
maceradas por el agua de los mares

Desde entonces
tengo el trauma del viajero
si me quedo en la ciudad me angustio
si me voy
tengo miedo de no poder volver
Tiemblo antes de hacer una maleta
—cuánto pesa lo imprescindible—
A veces preferiría no ir a ninguna parte
A veces preferiría marcharme
El espacio me angustia como a los gatos
Partir
es siempre partirse en dos.

Escoriación

Herida que queda, luego del amor, al costado del cuerpo.
Tajo profundo, lleno de peces y bocas rojas,
donde la sal duele, y arde el yodo,
que corre todo a lo largo del buque,
que deja pasar la espuma,
que tiene un ojo triste en el centro.
En la actividad de navegar,
como en el ejercicio del amor,
ningún marino, ningún capitán,
ningún armador, ningún amante,
ha podido evitar esa suerte de heridas,
escoriaciones profundas, que tienen el largo del cuerpo
y la profundidad del mar,
cuya cicatriz no desaparece nunca,
y llevamos como estigmas de pasadas navegaciones,
de otras travesías. Por el número de escoriaciones
del buque, conocemos la cantidad de sus viajes;
por las escoriaciones de nuestra piel,
cuántas veces hemos amado.

Tango

La ciudad no eras vos
No era tu confusión de lenguas
ni de sexos
No era el cerezo que florecía -blanco-
detrás del muro
como un mensaje de Oriente
No era tu casa
de múltiples amantes
y frágiles cerraduras

La ciudad era esta incertidumbre
la eterna pregunta -quién soy-
dicho de otro modo; quién sos.

La pasión

Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.

Montevideo

Nací en una ciudad triste

de barcos y emigrantes
una ciudad fuera del espacio
suspendida de un malentendido:
un río grande como mar
una llanura desierta como pampa
una pampa gris como cielo.

Nací en una ciudad triste
fuera del mapa
lejana de su continente natural
desplazada del tiempo
como una vieja fotografía
virada al sepia.

Nací en una ciudad triste
de patios con helechos
claraboyas verdes
y el envolvente olor de las glicinas
flores borrachas
flores lilas

Una ciudad
de tangos tristes
viejas prostitutas de dos por cuatro
marineros extraviados
y bares que se llaman City Park.

Y sin embargo
la quise
con un amor desesperado
la ciudad de los imposibles
de los barcos encallados
de las prostitutas que no cobran
de los mendigos que recitan a Baudelaire.

La ciudad que aparece en mis sueños
accesible y lejana al mismo tiempo
la ciudad de los poetas franceses
y los tenderos polacos
los ebanistas gallegos
y los carniceros italianos

Nací en una ciudad triste
suspendida del tiempo
como un sueño inacabado
que se repite siempre.

(Nació en Montevideo, en 1941. En la juventud, mientras trabajaba como docente, su primera publicación en Uruguay fue un libro de cuentos, “Viviendo”. Más adelante, en 1969, publicó su primera novela, “El libro de mis primos”. La primera etapa de su obra literaria se vinculó fuertemente con la situación política del país, del que debió exiliarse, en 1972, en medio de un clima de persecución. Se radicó en España, donde reside desde entonces. La obra poética de Peri Rossi consiguió amplia repercusión, con publicaciones en Uruguay, España y también Argentina. Es ensayista y atesora una gran cantidad de reconocimientos. En poesía, figuran entre esos premios el Award Book, de 1992, el internacional Rafael Alberti, de 2000, y el Don Quijote de Poesía, de 2013. Ya en 2021 le fue adjudicado el Premio Cervantes, que no pudo recoger personalmente por motivos de salud).

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