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Lorca, la dictadura y la rebelión en Chile, en una obra teatral
Fue escrita por Leonardo González Torres, representada en el ex centro represivo Villa Grimaldi y volverá a escena en 2024.
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Poetas mexicanas ganan el premio Santamaría Marín
Indira Isel Torres Cruz y Adriana Ventura comparten el reconocimiento en este concurso organizado por la editorial Nueva York Poetry.
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La poesía está del lado de los vencidos, dice Mario Obrero
El español expresa que no obstante esa ubicación, y aunque “es débil”, la poesía es valiente y “no se esconde”.
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Atahualpa Yupanqui, el poeta y cantor que buscaba alumbrar
El poeta y ensayista argentino Alejandro Gómez Monzón se aproxima en un libro al cancionero y la literatura del folclorista.
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La hermandad de los Machado, a prueba de desacuerdos políticos
La historia de la relación muy estrecha entre los hermanos poetas es tratada en una novela de Joaquín Pérez Azaústre.
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Transformar la rabia en poesía, propone el peruano Collazos
El autor reivindica este camino que, dice, puede ser transitado sin llegar al discurso panfletario y sin resignar la estética.
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David Eloy Rodríguez (España) / Un niño secreto vive
Apariciones fugaces de prodigiosa duración
Súbditos de regiones clausuradas,
lejos de la verdad
de cada cosa,
malgastamos el tiempo en este exilio
en el vano país
de lo evidente:
esta enorme prisión,
este baile deshabitado.Pero un niño secreto vive
bajo todas las máscaras.A veces asoma su sed
yugular, descubre sus ojos primordiales,
y nos reconocemos:
vislumbramos en su inocencia libertaria
qué somos, quiénes.
La vida ocurre entonces:
hallazgo, sentido, reunión,
certeza de ser, la justicia
de una respiración tan verdadera
en los resucitados.Ese niño secreto
se asfixia en la maleza de ilusiones,
se araña en signos huecos, mentirosos,
es por eso que nos implora
y susurra al oído su plegaria
como si nos dictase
la letra de canciones imposibles:Habría que esquivar la muerte,
sus fauces tan abiertas,
vivir las horas
en crudo, de asombro en asombro.
Habría que nacer, darse a nacer,
tener la audacia
de aquiestar en el mundo,
probar a lo que sabe algo sin nombre,
apoyar las dos manos en su vértigo.Sólo somos si somos aventura.
Sólo lo fugitivo permanece.
Pero no escuchamos bien qué dice
–hay quizás demasiado ruido
y no entendemos nada, nada.¿Lograremos hoy el milagro
de la revelación de la materia?
¿Arribaremos absolutos,
íntegros, a los otros?
¿Podremos hoy vencer los miedos
y ver más claro, hacer verdad?Casi todo nos pasa inadvertido.
Un niño prisionero se hace sangre.
—
Hablar como si sólo hubiera
unas pocas palabras
y fueran para siempre.
Todo poema debe ser la carta de un suicida.—
El poema es la erección del ahorcado.
Demasiado tarde y para nadie. Pero ahí.Vistas al campo de batalla
Saben el precio de una vida,
el precio de una nube,
el precio del amor.
Sólo conocen bosques maderables,
y en sus planes se agrandan
los dominios de su crueldad.Avanzan:
sepulcros a merced de la corriente.Avanzan:
como avanza el silencio,
como se pudre un cadáver.Mientras,
la belleza de los desertores
se ríe de los cálculos.Mientras,
respiramos en el tiempo de la asfixia.Mientras,
intentamos mirar
no con la mirada del amo.Labor
Yo traje a este sitio mi cuerpo
y aquí lo desgasto en jornadas,
aquí me esfuerzo de luna a luna
hasta que la palabra descanso
florece hermosísima en la boca.
El techo bajo el que nos guarecemos
es provisional e inestable; en ocasiones
confundimos todo esto con un hogar.
Conformamos una familia extraña:
hermanos bajo las luces permanentemente encendidas
de la videovigilancia, sacándole punta al tiempo
en una labor enhebrada por obediencias
y desobediencias, sutiles percepciones,
soledades y compañías, diálogos callados.
Vistos desde lejos parecemos granos de arena
arrastrados por un viento inútil. “¿Y qué importa?”,
nos decimos los unos a los otros.
Pero en los sueños murmuran sombras
que nos interrogan y nos turban, que musitan:
“¿Cómo se puede ser arena
sin ser desierto, sin sufrir la sed?”El jornal no paga la sangre de mis horas, su alto sacrificio.
En el trabajo está prohibido hablar.
Pero yo hablo. Todos hablan.Digámoslo todo
Los poetas cocinan en sus dependencias terrestres
el caldo de la resurrección con aceite de revuelta,
mezclan los ingredientes a su antojo,
inventan recetas a partir de tratados antiguos.Cada cual con su lastre de palabras heridas.
Cada cual con su sombra y su malentendido.
Cada cual con su cuerpo que envejece.El humo del guiso sale por las chimeneas
de la casa del tiempo verdadero,
y, realmente, abre el apetito oler ese sabor.Sin embargo, y también hay que decirlo,
es cierto que casi ningún poeta
tiene carné de conducir,
y a pocos les alcanza para pagar el alquiler.¡Qué viejo y emocionante oficio!
Lastimados, lastimosos poetas:
condenaron sus sueños a la cárcel,
y sus sueños no querían ir.Marat – Sade, 1998
El problema ahora
es que hay muchos vigilantes
y pocos locos.
El problema ahora
es que la jaula está
en el interior del pájaro.(Nació en Cáceres, en 1976. En poesía publicó “Chrauf”, 1996; “Miedo de ser escarcha”, 2000; “Asombros”, 2006; “Los huidos”, 2008; “Para nombrar una ciudad”, 2010; “Lo que iba diciendo”, 2012; “Desórdenes” y “La poesía vista desde el espacio”, 2014; “Escalones que descienden hacia arriba”, 2017; y “Los animales heridos”, 2019, entre otros. Asimismo, cuenta con una antología bilingüe publicada en Italia. Es también autor de relatos, ensayos y libros para la niñez. Desarrolló el espectáculo “Animales heridos”, junto a la música Virginia Moreno. Es autor de canciones).