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  • La Poesía Alcanza hacia su renovación (IV): Agustina De Caria

    Sobre la naturaleza

    Sobre la naturaleza el poeta
    se hacía preguntas
    y tan hermosas como terribles eran para él las cosas
    al borde del mar que era río
    en el lugar de las ruinas
    justo antes de que lo fueran y lloraba
    el poeta por sus preguntas
    por la certera ignorancia
    por la estrechez del sol dentro de sus sandalias
    por la muerte incesante del barro
    por la prefiguración, quizás, de su propia muerte.
    Decía

    el hombre enciende para sí una luz en la noche cuando ha
    / muerto,
    apagados sus ojos y sin embargo vive; durmiendo,
    / apagados sus ojos.
    Muerte es para las almas convertirse en agua,
    y muerte es para el agua convertirse en tierra;
    y de la tierra se origina el agua y del agua el alma.

    Porque entonces en la muerte, es decir, en la vida
    todo se reúne y da lo mismo
    estar vivo, estar muerto, ser un río.
    El hombre ve al río y llora
    y su llanto es el río
    (que también es mar)
    y solo la lengua puede discernir a uno del otro.
    Pero el río no es río en ningún momento:
    apenas es, deja de serlo
    y por eso el poeta vierte
    sobre el fondo acuoso de la duda
    sus lágrimas.
    Pero en su lucidez
    -que el fuego permite a fuerza de ahogos-
    comprende que los asnos preferirían la basura al oro
    y que entonces,
    el río también es oro
    y su brillo sube de las manos a los ojos
    y luego baja por las gargantas.
    Así, mojarse
    es también morirse
    y el hombre escapa a la muerte
    o es la muerte
    prendiéndose fuego
    en la oscura pregunta
    sobre la naturaleza.

    (Nació en Quilmes, Provincia de Buenos Aires, en 1992. Es una de las poetas que se hará cargo, próximamente, de la conducción editorial de La Poesía Alcanza).

Declarada de interés cultural (2014)

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