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  • Así en el mundo, en el corredor del espectáculo

    GUILLERMO BIANCHI

    Epitafio para Aylan Kurdi

    este niño no salta entre las olas
    no dibuja en la arena dinosaurios de espuma
    no persigue la sobra fugaz de la gaviota

    entre el niño y el mar se abrió un abismo
    la vertiente del odio
    el filo de la herida

    sobre la humanidad yace tendido
    su peso abrumador doblega al mundo
    no lo eligió la muerte
    sino sus lazarillos

    (Buenos Aires, Argentina, 1970).

    RAMÓN COTE BARAIBAR

    Poema final

    Traigo del mundo su furor
    contagioso,
    su lección inacabable.
    Pero ¿qué podemos ser
    si todo lo que vemos
    nos tapa los ojos?

    (Cúcuta, Colombia, 1963).

    ELVIRA HERNÁNDEZ

    Escenario de paz/escenario olímpico

    Las palabras – dardos que salen de la boca
    tras un blanco indefinido. Salen
    en cantidades industriales
    cuasi plagas de langostas.
    Muchas de ellas vienen muertas
    otras no nacidas.
    ¿La paz? La silueta que no se recorta
    ante los ojos de sus observadores.

    Estamos en el corredor del espectáculo.
    Al frente es la franja de Gaza.

    (Lebu, Chile, 1951)

    MARÍA TABARES

    Náufragos

    Frente a Creta
    frente a Libia
    -y tantas otras orillas-
    hombres, mujeres, niños,
    son un cardumen arrojado a la playa
    con la boca espumada y los cabellos redes
    arrastrando conchas, palos, algas.

    Expulsados de su sueño
    tristísimos llegan sin jamás lograr llegar.

    Son cientos, miles,
    con puñados de sal entre los dientes,
    el rostro lívido y la mirada hueca
    comida por los pájaros.

    (Bogotá, Colombia, 1958).

    WISLAWA SZYMBORSKA

    Cierta gente

    Cierta gente huyendo de otra gente.
    En cierto país bajo el sol
    y bajo ciertas nubes.

    Dejando atrás sus todos respectivos,
    campos sembrados, ciertas gallinas, perros,
    espejos en los que ahora sólo el fuego se contempla.

    Llevan a la espalda hatillos y cántaros
    día tras día más pesados, cuanto más vacíos.

    El agotamiento de alguien tiene lugar en silencio,
    el arrancamiento a alguien de su pan en el tumulto
    y el acunamiento del niño muerto de alguien.

    Ante ellos un incesante “por aquí no”,
    no es ése el puente que necesitan
    sobre un río extrañamente rosado.
    Alrededor unos disparos, a veces más cerca, a veces
    / más lejos,
    en lo alto un avión que parece dar vueltas.

    Vendría bien alguna invisibilidad,
    alguna oscura pedregosidad,
    y aún mejor un no-haber-sido
    por un tiempo breve e incluso largo.

    Algo todavía ocurrirá, pero dónde y qué.
    Alguien saldrá a su encuentro, pero cuándo, quién,
    desempeñando qué papel y con qué intenciones.
    Si tiene elección,
    quizás no quiera ser un enemigo
    y los deje con cierta vida por delante.

    (Bnin, Kórnik, Polonia, 1923 – Cracovia, Polonia, 2012).

    (traducción de David Carrión Sánchez).

    VIOLETA PARRA

    Qué dirá el Santo Padre

    Miren cómo nos hablan de libertad
    cuando de ella nos privan en realidad.
    Miren cómo pregonan tranquilidad
    cuando nos atormenta la autoridad.
    Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma
    que le están degollando a sus palomas

    Mirén cómo nos hablan del paraíso
    cuando nos llueven balas como granizo.
    Miren el entusiasmo con la sentencia
    sabiendo que mataban a la inocencia.
    Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma
    que le están degollando a sus palomas

    El que oficia la muerte como un verdugo
    tranquilo está tomando su desayuno.
    Lindo se dará el trigo por los sembra’o,
    regado con tu sangra, Julián Grimau.
    Qué dira el Santo Padre que vive en Roma
    que le están degollando a sus palomas

    Entre más injusticia, señor fiscal,
    más fuerzas tiene mi alma para cantar.
    Con esto se pusieron la soga al cuello,
    el sento mandamiento no tiene sello.
    Qué dirá el Santo Padre que vive en Roma
    que le están degollando a sus palomas

    (San Carlos, Chile, 1917-La Reina, Chile, 1967).

    DIANA ARAUJO

    Mapa

    Con los pies de indio no me pises la alfombra blanca.
    Con los pies de negro no me alcances la sala principal.
    Con esta sonrisa dudosa no me mires a los ojos
    que los tengo seguros
    que los quiero salvados de dudas o dolores.
    He pasado ya el puente de la incertidumbre.
    He cruzado el umbral de los tiempos duros y gastados.
    Como en la mesa y uso adecuadamente los cubiertos.
    Sé mantener el mantel y la máscara.
    Cierro los ojos de noche y cuento las ovejitas blancas.
    Duermo tranquila después de rezar.
    Hoy tengo organizado el mundo
    y mis pasos caminan sin vacilar por el mapa.
    El mismo mapa que me dieron en la cuna,
    que me hicieron tragar en la leche,
    y que aprecio cómodamente
    desde la ventana o internet.
    ¡Ah! Y canto bien las canciones que enamoran
    / o tranquilizan.
    Con esfuerzo aprendí las perfectas consignas
    con qué mantenerme de pie
    con qué lavar la cara antes de acostarme
    con qué descansar del susto cotidiano de existir
    / por acá.

    (Río de Janeiro, 1972).

    GÜNTER GRASS

    Cólera, disgusto, rabia
    Impotencia

    Leemos napalm y nos imaginamos el napalm.
    Como no podemos imaginarnos el napalm,
    leemos sobre el napalm hasta que
    podemos imaginarnos más cosas al leer napalm.
    Entonces protestamos contra el napalm.
    Después de desayunar, silenciosos,
    vemos en fotos lo que el napalm puede hacer.
    Nos mostramos tramas burdas
    y nos decimos: mira, napalm.
    Eso hacen con el napalm.
    Pronto habrá libros ilustrados a buen precio,
    con mejores fotografías
    en las que se verá con más claridad
    lo que puede hacer el napalm.
    Nos mordemos las uñas y escribimos protestas.
    Pero, según leemos,
    hay cosas peores que el napalm.
    Rápidamente protestamos contra cosas peores.
    Nuestras justificadas protestas, que en todo
    / momento se nos permite
    redactar plegar franquear, quedan registradas.
    La impotencia, ensayada contra fachadas de caucho.
    La impotencia en discos: canciones impotentes.
    Sin Poder y con guitarra…
    Pero, bien entramado y tranquilo,
    el Poder se sale con la suya.

    (Ciudad Libre de Dánzig, 1927-Lübeck, Alemania, 2015).

    (Traducción de Miguel Sáez).

Declarada de interés cultural (2014)

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