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  • María del Carmen Colombo (Argentina) / Una lanza de seda

    Hemos tallado en el espejo del amor
    la sombra del silencio

    y contra el corazón hemos crecido

    Hemos escrito
    en la puerta de una entrada vacía
    quienes alguna vez se amaron
    hace mucho que han muerto

    bajo la muerte hemos crecido

    hemos cruzado el fuego la resaca
    con las penas al borde
    de los dedos

    y ahora nosotros
    con el fuego encendido
    de nuestra memoria
    vagamos entre
    oscuridad y oscuridad

    XII

    Horadar la piedra del espejo:
    eso es mirarse.

    XVIII

    Un cuchillo de nácar una lanza de seda:
    alguien llora detrás de mi.

    Pobres muertos y pobres
    los que quedamos vivos
    Pobre telón pintado, el horizonte
    se nos cayó
    en medio de la escena
    Pobre ranura la que nos dejaron
    Pobre pezuña nuestra
    un sol astilla nuestros ojos
    nace como una pena.

    (De “La edad necesaria”, 1978).

    GARDEL Y YO

    nunca
    gritó pecosa porque
    yo no tenía
    ni una
    peca

    gentil con esas
    faltas
    de imaginación dijo
    en cámara
    “I love you marilín”

    pasaba
    que por aquellos tiempos
    mi nombre era maría
    maría solamente

    TRADITORE

    no hay traducción que pueda
    con la tristeza
    decía el profesor

    si los nuestros no pueden menos
    los otros
    ecos para calmar el desamparo

    es imposible impossíbile
    cuando ella
    como golpe en el piano
    se desnuda

    pensaba él

    entre los bellos giros
    ajenos y no
    tanto

    sobar saliva para que
    acampanadas orejas como dedos
    ahora en todo el cuerpo hay
    decía ay
    el profe
    sor
    pensando en la
    sorda tristeza

    (De “Blues del amasijo”, 1985).

    infinitas agujas
    alzan
    las costureras
    para coser el ruedo
    del reino
    de los cielos

    creo en la gran
    gallina
    viuda de toda
    madre

    creo en
    la Ponedora
    purísima del casto
    huevo celestial

    estrofas de su estola
    de mi destierro
    maman

    talarañas del peso
    de la culpa
    caen
    en la frase

    el alma se me vuela
    por la boca
    el cuerpo se me pudre
    hay hueco en el vacío es
    la pérdica intacta
    de las que
    aúllan como yo
    porque nunca
    llegaron a incubarse

    Yo nací un día que dios
    estuvo enfermo
    César Vallejo

    en el vacío de mí
    dios está
    enfermo: dijo él
    que a nadie palpaba
    en el claustro
    de su nacer

    un día

    enfermo dios habló
    su agujero musical
    de vientos/ don nadie
    aire que a César dijo:
    escucha escucha yo

    morí un día de nacer
    sin dios
    con el sombrero puesto en el
    solo de tu
    nacimiento dijo a César

    escucha zanja oscura esa crepitación
    del cuerpo es
    tu sonido
    César

    en el vacío de su yo tocaba
    las entrañas huecas
    de la pérdida
    su nombre solo respondía
    respondía

    (De “La muda encarnación”, 1992).

    (Todos los poemas están publicados en “Poesía reunida”, hilos editora, Buenos Aires, 2024. María del Carmen Colombo nació en Buenos Aires, en 1950. Además de las obras citadas en los poemas precedentes, publicó “La familia china”, en 1999; “Los sueños del agua”, poesía para la niñez, 2010; “Antología”, en 2016. También el poema ilustrado “Bulín”, 1976; “Santo y seña”, 1984″ y “Folletín”, 1998. Poemas suyos están incluidos en numerosas antologías, entre ellas “Puentes/Pontes”, recopilación de poetas de Argentina y Brasil. Recibió varios reconocimientos, entre ellos el Primer Gran Premio de Poesía V Centenario, en 1992, y mención especial del Premio Nacional de Poesía, en 2005. En narrativa publicó “El cuaderno de música”, en 2016).

Declarada de interés cultural (2014)

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