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  • Sara Vial (Chile) / Girando en los tobillos del planeta

    Valparaíso a la gira

    Noches de temporal, Valparaíso, y tú, barco a la gira
    procurando no hundirte,
    soportando las ráfagas furiosas
    en tu cola de zinc,
    sosteniendo tenaz
    tus inclinadas cubiertas de madera.

    Aferrados a tus cerros o mástiles
    despertamos en la eléctrica noche
    sintiéndonos aislados y lejanos
    con el viento llamando
    en bocinas de barco
    que inunda corredores y terrazas.

    Y en el espectro verde del naufragio
    el que entra desnudo en un relámpago
    con su timón perdido.

    Por eso, es tu gemido
    de escampavía loco a medianoche
    lo que nunca olvidamos.
    Nunca como en la furia tempestuosa
    eres tú mismo, y te reconocemos
    como un trueno cayendo
    en los tejados bruscos de la infancia.

    Inundado y barroso después del temporal,
    tus luces encendidas hasta el amanecer,
    desafiando el oleaje que te estrella
    sin cortar tus amarras
    de óxido y ausencia.

    Hemos visto bajar en los torrentes
    lluviosos de los cerros
    tu pobreza elevada en los andamios
    que sostienen los pájaros,
    pálidas cacerolas
    descascaradas en las nubes,
    pedruscos, utensilios que ns muestran
    su dramático frío, su golpeada
    vecindad con el hombre.

    A nadie le sorprende que en invierno
    rueden ladera abajo
    puertas, ollas, naranjas,
    oh. declive mortal para que todo-ruede,
    para que todo irrumpa por túneles y escalas.

    Mi ciudad marinera, carrusel en el peligro
    girando en los tobillos del planeta.
    Huracán, precipicio,
    pájaro carpintero allá en el Molo,
    organillo de sal contra la lluvia.

    Rascacielo de lata clavándome su invierno,
    ah, calamina indómita,
    cañería sin término sonando a medianoche
    con la olvidada lluvia de mi vida.

    Hoja en el camino

    A quien podré decirle que tus ojos
    son de color de tren desvanecido,
    de estación al pasar, de tronco hendido
    en mitades de nidos y de enojos.

    Hoy corté una hoja en el camino
    y tenía el color de tu mirada,
    la coloqué en mi pecho acurrucada
    y me puse a esperar lo que no vino.

    El mar clama en la noche sin aliento
    y eres distraído como el viento
    que silba en la soledad por la montaña.

    No tienes intención, culpa o sustento,
    no eres más que el sol, sólo un invento
    de luz que ni me ha visto ni me engaña.

    Invierno

    Un grumete de lluvias me esperaba,
    un relámpago verde en tus jardines
    y en un olor mojado de jazmines
    el arco iris que en el mar giraba.

    Una ola de sal desdibujada
    los óleos de tus casas suspendidas,
    pero el color botaba en embestidas
    de nuevas carabelas alternadas.

    El canto de la lluvia en tu escotilla
    de invierno, el viento norte en la morada
    raíz del corazón, y tu amarilla

    cañería de ayer, mitad brasero,
    olvidado desván donde cantaba
    su primera canción

    Soneto a La Sebastiana
    en sus 50 primaveras *

    En septiembre te abriste en una flor
    que prosigue volando en el vacío.
    Carabela de piedra y desafío,
    nacida de ola en ola, del amor.

    Valparaíso tiene en tu fulgor,
    su mascarón de proa más bravío,
    cincuenta son tus años, y tu brío,
    es escalera y barco y nube y sol!

    Neruda nos dejó tu caracola
    para que el calendario de las olas
    guarde la primavera en tu cintura.

    Y en ti canten los cerros volantines,
    y tu bandera en todos los violines,
    y tu guitarra en toda tu estatura.

    • Sara Vial tuvo participación directa en la adquisición de La Sebastiana por Pablo Neruda. Se habían conocido en 1955 y cuatro años después Neruda le pidió ayuda a Vial para conseguir una casa en Valparaíso, con una serie de condiciones específicas. La poeta hizo la gestión y le consiguió La Sebastiana, inaugurada el 18 de septiembre de 1961. Cincuenta años después, la poeta envió este soneto a la Fundación Pablo Neruda.

    (Nació en Valparaíso, Chile, en 1927. Su primera obra publicada data de 1958, “La ciudad indecible”, que incluyó prólogo de Pablo Neruda. Siguieron “Viaje a la arena”, “En la orilla del vuelo”, “Al oído del viento”, “Mi patria tiene forma de esperanza” y “De espuma y queltehues”. Su obra estuvo enfocada fuertemente en la ciudad-puerto en la que nació. En 1976 obtuvo el premio Gabriela Mistral; en 1980, el Regional de Literatura; y en 1981, el Pedro de Oña. Fue también ensayista y en 1983 publicó “Neruda en Valparaíso”, con una versión revisada y ampliada en 2004. Murió en Viña del Mar, en 2016. En diciembre de 2024, el compositor y cantante catalán Lluís Lozano dio a conocer canciones que compuso con poemas de Vial).

Declarada de interés cultural (2014)

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