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La “buena literatura” lleva “lo esencial, la pulsión de la poesía”
Esa concepción determina la labor que, como editor, realiza el cubano Alex Pausides, también poeta, premiado recientemente en su país.
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Colección de poesía “El sueño de Europa”
La editorial española Difácil puso en marcha esta serie con tres títulos de sendos poetas portugueses, entre ellos Nuno Júdice.
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Editoras hondureñas reclaman equidad y políticas de estímulo
Aún es insuficiente la participación de mujeres en la actividad, que afronta un contexto en general difícil para el crecimiento.
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Poesía con inteligencia artificial es plagio
La advertencia es expresada por la organización de un concurso de poesía minimalista, en las bases de su edición 2025.
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“La mano en el fuego”: Poesía del español Juan A. Bermúdez
Fue publicada una antología del autor, no muy difundido acaso por escribir en Andalucía y provenir de la clase obrera.
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“Lo esencial” del ser humano encuentra espacio en la poesía
Es la convicción del poeta cubano Waldo Leyva, que recibió en su país el Premio Nacional de Literatura en 2024.
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Sara Vial (Chile) / Girando en los tobillos del planeta
Valparaíso a la gira
Noches de temporal, Valparaíso, y tú, barco a la gira
procurando no hundirte,
soportando las ráfagas furiosas
en tu cola de zinc,
sosteniendo tenaz
tus inclinadas cubiertas de madera.Aferrados a tus cerros o mástiles
despertamos en la eléctrica noche
sintiéndonos aislados y lejanos
con el viento llamando
en bocinas de barco
que inunda corredores y terrazas.Y en el espectro verde del naufragio
el que entra desnudo en un relámpago
con su timón perdido.Por eso, es tu gemido
de escampavía loco a medianoche
lo que nunca olvidamos.
Nunca como en la furia tempestuosa
eres tú mismo, y te reconocemos
como un trueno cayendo
en los tejados bruscos de la infancia.Inundado y barroso después del temporal,
tus luces encendidas hasta el amanecer,
desafiando el oleaje que te estrella
sin cortar tus amarras
de óxido y ausencia.Hemos visto bajar en los torrentes
lluviosos de los cerros
tu pobreza elevada en los andamios
que sostienen los pájaros,
pálidas cacerolas
descascaradas en las nubes,
pedruscos, utensilios que ns muestran
su dramático frío, su golpeada
vecindad con el hombre.A nadie le sorprende que en invierno
rueden ladera abajo
puertas, ollas, naranjas,
oh. declive mortal para que todo-ruede,
para que todo irrumpa por túneles y escalas.Mi ciudad marinera, carrusel en el peligro
girando en los tobillos del planeta.
Huracán, precipicio,
pájaro carpintero allá en el Molo,
organillo de sal contra la lluvia.Rascacielo de lata clavándome su invierno,
ah, calamina indómita,
cañería sin término sonando a medianoche
con la olvidada lluvia de mi vida.Hoja en el camino
A quien podré decirle que tus ojos
son de color de tren desvanecido,
de estación al pasar, de tronco hendido
en mitades de nidos y de enojos.Hoy corté una hoja en el camino
y tenía el color de tu mirada,
la coloqué en mi pecho acurrucada
y me puse a esperar lo que no vino.El mar clama en la noche sin aliento
y eres distraído como el viento
que silba en la soledad por la montaña.No tienes intención, culpa o sustento,
no eres más que el sol, sólo un invento
de luz que ni me ha visto ni me engaña.Invierno
Un grumete de lluvias me esperaba,
un relámpago verde en tus jardines
y en un olor mojado de jazmines
el arco iris que en el mar giraba.Una ola de sal desdibujada
los óleos de tus casas suspendidas,
pero el color botaba en embestidas
de nuevas carabelas alternadas.El canto de la lluvia en tu escotilla
de invierno, el viento norte en la morada
raíz del corazón, y tu amarillacañería de ayer, mitad brasero,
olvidado desván donde cantaba
su primera canciónSoneto a La Sebastiana
en sus 50 primaveras *En septiembre te abriste en una flor
que prosigue volando en el vacío.
Carabela de piedra y desafío,
nacida de ola en ola, del amor.Valparaíso tiene en tu fulgor,
su mascarón de proa más bravío,
cincuenta son tus años, y tu brío,
es escalera y barco y nube y sol!Neruda nos dejó tu caracola
para que el calendario de las olas
guarde la primavera en tu cintura.Y en ti canten los cerros volantines,
y tu bandera en todos los violines,
y tu guitarra en toda tu estatura.- Sara Vial tuvo participación directa en la adquisición de La Sebastiana por Pablo Neruda. Se habían conocido en 1955 y cuatro años después Neruda le pidió ayuda a Vial para conseguir una casa en Valparaíso, con una serie de condiciones específicas. La poeta hizo la gestión y le consiguió La Sebastiana, inaugurada el 18 de septiembre de 1961. Cincuenta años después, la poeta envió este soneto a la Fundación Pablo Neruda.
(Nació en Valparaíso, Chile, en 1927. Su primera obra publicada data de 1958, “La ciudad indecible”, que incluyó prólogo de Pablo Neruda. Siguieron “Viaje a la arena”, “En la orilla del vuelo”, “Al oído del viento”, “Mi patria tiene forma de esperanza” y “De espuma y queltehues”. Su obra estuvo enfocada fuertemente en la ciudad-puerto en la que nació. En 1976 obtuvo el premio Gabriela Mistral; en 1980, el Regional de Literatura; y en 1981, el Pedro de Oña. Fue también ensayista y en 1983 publicó “Neruda en Valparaíso”, con una versión revisada y ampliada en 2004. Murió en Viña del Mar, en 2016. En diciembre de 2024, el compositor y cantante catalán Lluís Lozano dio a conocer canciones que compuso con poemas de Vial).
Declarada de interés cultural (2014)