Poetas greco-latinas traducidas al euskera

Maite López Las Heras publicó una obra que permite “volver la mirada hacia atrás”, una necesidad en tiempos de liviandad.

   Textos de veinticuatro autoras que cubren un período que va del siglo VII antes de Cristo hasta el IV después de Cristo están contenidos en “Poetandreak literatura greko-latindarrean. Antologia poetikoa”, publicado por Balea Zuria a fines de 2022. La responsable de la recopilación, Maite López Las Heras (Azkoitia, Gipuzkoa, 1985), traduce así el título del libro al castellano: “Poetisas en la literatura grecolatina. Antología poética”.

   En 2020 había traducido a Safo al euskera y, sobre este propósito suyo de indagar sobre poetas del pasado para difundir su obra en el presente, declaró a La Poesía Alcanza que “en estos tiempos de ligereza es justamente cuanto más necesidad hay de volver la mirada hacia atrás. Necesitamos más que nunca pausar, aprender simplemente a estar; necesitamos tiempo para pensar, tiempo para leer”.

   El propósito de este trabajo, dijo también, es “rescatar la voz de las mujeres que son las siempre olvidadas en todos los libros de literatura o los libros de texto”.

   Por lo mismo, dio cuenta de la dificultad para hallar textos e información sobre las autoras, por su exclusión de los libros de literatura grecolatina, de manuales u otro tipo de obras.

    Esta es el diálogo con López Las Heras:

LPA. ¿Cuánto tiempo de investigación lleva conocer la poesía que ahora Usted ofrece en euskera, dónde se nutrió, y cómo resolvió la selección?

Maite López Las Heras. Computar el tiempo exacto tanto de investigación como del propio proceso de traducción es muy difícil, debido a que he tenido que compaginar este proyecto con otros quehaceres y tampoco he contabilizado las horas que he invertido en el transcurso de este trabajo. Lo que sí puedo asegurar es que ha sido mucho. Este trabajo en concreto se trata de la traducción al euskera de una antología de poemas escritos por mujeres en griego y en latín, desde Safo hasta Aconia Fabia Paulina, es decir, desde el siglo VII a. C. hasta el IV d. C. Al tratarse de mujeres y, más concretamente, de mujeres que componían poesía, a veces no es fácil encontrar los textos originales, bien porque no han llegado hasta nosotros, sea por el motivo que sea, bien porque no se incluyen en los libros de literatura grecolatina o en otros manuales o libros de texto. Es más, de muchas de las poetas no conservamos más que el nombre y algún apunte esporádico sobre su biografía. De todos modos, he considerado importante preservar también lo poco que nos ha llegado de aquellas mujeres, aunque en muchas ocasiones haya sido solamente el nombre. No obstante, afortunadamente, en la actualidad disponemos de fuentes muy recientes y fidedignas de las que me he podido nutrir y gracias a las cuales he podido antologar los poemas que he traducido al euskera. La fuente más destacable es “Grecorromanas. Lírica superviviente de la Antigüedad clásica”, de Aurora Luque. También me he servido de otros muchos libros, entre los cuales estaría “Classical women poets” de Josephine Balmer, así como de traducciones a otras lenguas como, por poner un par de ejemplos, el gallego o el francés. La mayoría de las fuentes que he consultado pueden verse en el apartado de la bibliografía que he añadido al final del libro.

LPA. Al mirar los formatos actuales de intercambio e interacción cultural, si se observan ciertos rasgos como la fugacidad y cierta liviandad, no puede uno menos que preguntarse cuáles son sus expectativas y esperanzas al ofrecer este trabajo de traducción.

MLLH. Es imposible no percatarse de que vivimos en una época en la que imperan la fugacidad y lo efímero, y en la que predomina cierta liviandad; una época en la que, muchas veces, la forma adquiere mayor peso que el fondo. Soy totalmente consciente del mundo en el que vivimos. Pero pienso, al mismo tiempo, que en estos tiempos de ligereza es justamente cuanto más necesidad hay de volver la mirada hacia atrás. Necesitamos más que nunca pausar, aprender simplemente a estar; necesitamos tiempo para pensar, tiempo para leer. Necesitamos una sociedad instruida más que una sociedad de buscadores de información que se limitan a copiar y a pegar textos que ni siquiera se leen, ni se contrasta su veracidad y ni que, en muchas ocasiones, siquiera se tiene la suficiente capacidad para una comprensión lectora adecuada, por el hecho de la rapidez. Por tanto, creo que es absolutamente necesaria y apremiante una buena educación lectora. Los libros son la llave maestra que abre la gran puerta del conocimiento, para saber quiénes somos y entender por qué somos como somos, de dónde venimos. Privar a los lectores del tesoro que ofrece la literatura es cegar a la sociedad.

LPA. Usted declaró que se propone que se conozca la voz de estas poetas de la antigüedad clásica. La carencia que se propone cubrir, ¿es parecida entre el castellano y el euskera?

MLLH. Mi objetivo ha sido, básicamente, triple: primero, he querido rescatar la voz de las mujeres que son las siempre olvidadas en todos los libros de literatura o los libros de texto; segundo, he querido que estos poemas clásicos puedan contribuir a la ampliación de la literatura vasca y a la propia lengua vasca; y tercero, he querido acercar la cultura clásica al mundo de las letras en euskera. Creo que la carencia en euskera es mayor que en castellano. Existen pocas traducciones de escritores clásicos al euskera y las que hay son, mayoritariamente, muy antiguas y, en muchas ocasiones, de índole eclesiástico. Pienso, por tanto, que hay una gran necesidad de actualizar estas traducciones y de traer a más autores grecorromanos, hombres y, sobre todo, mujeres, a nuestra lengua, y si son hasta ahora desconocidos, mucho mejor, porque tengo la impresión de que siempre caemos en los mismos nombres y en los mismos textos, dando una visión limitada de lo que fue el mundo clásico.

LPA. Se le atribuye un concepto: que tanto la literatura clásica como la vasca no están “actualizadas”. Si el concepto es ese, ¿puede desarrollarlo? ¿Qué significa, y cómo se puede subsanar?

MLLH. Existe una carencia evidente para los lectores euskaldunes que quieran leer textos de la antigüedad clásica en euskera. Es cierto que disponemos de algunas traducciones en dicha lengua, pero son escasas y antiguas. Además, las traducciones al euskera tanto de la poesía completa de Safo como esta última antología de mujeres poetas grecolatinas o “El Itinerario de Egeria”, que recientemente he publicado, el pasado mes de diciembre, han sido realizadas por iniciativa propia. Con esto quiero decir que en el sector editorial vasco considero que no hay suficiente apoyo económico para poder publicar este género de textos. Personalmente, esta deficiencia me entristece, puesto que pienso que el trabajo de traducción no debería recaer exclusivamente en la vocación personal, sino que tendría que tener una mayor estabilidad, más financiación y más alcance. Además, opino que los medios de comunicación, las bibliotecas y las librerías deberían contribuir en la difusión también de este tipo de textos, pues ayudan muy positivamente en la visibilidad no solo de las pequeñas editoriales, sino también de textos clásicos de indudable relevancia literaria.

LPA. Antes hizo la traducción de Safo. ¿De dónde viene este compromiso suyo con estas autoras?

MLLH. El compromiso al principio fue mayormente personal, es decir, comencé a traducir a estas mujeres por mi propio interés. Sin embargo, he podido comprobar que hay editoriales, aunque pocas y pequeñas, que están dispuestas a publicar este tipo de traducciones, con lo cual me alegro mucho. Y, es más, hay lectores que valoran y aprecian estos textos, por tanto, mi alegría es doble. Podría decirse que mi compromiso tiene una triple vertiente. Por un lado, creo en la importancia de rescatar o desvelar stricto sensu a poetas que han sido olvidadas o borradas a lo largo de la historia de la literatura, es decir, de quitarles el velo que las cubren. Solo conocemos unos nombres que, en el mejor de los casos, a excepción única de Safo, son todos hombres. Existen más nombres y existieron mujeres que escribían; por tanto, considero que es un deber sacarlas a la luz y hacer que sus voces se escuchen en todas las lenguas actuales posibles. He querido, en fin, que estas poetas grecolatinas cantasen también en euskera. Por otro lado, siento también un compromiso para con el euskera. Creo que es una buena manera de ampliar el catálogo de la literatura vasca, pues opino que los autores y las autoras clásicas son el fundamento de cualquier literatura y que, por consiguiente, toda literatura debería ofrecer la posibilidad de que sus lectores lean textos clásicos sea en la lengua que sea. Y en tercer lugar, como filóloga clásica y euskaldún, creo firmemente en el acercamiento de ambas culturas, es decir, de la clásica y la vasca, sobre todo, para ofrecer la oportunidad de acercarse al mundo clásico a cualquier lector que quiera hacerlo en euskera. Resulta muy significativo que en la Universidad del País Vasco, por ejemplo, no haya posibilidad de realizar la carrera de Filología Clásica íntegramente en euskera porque no hay docentes que conozcan la lengua vasca o, aun pudiendo impartir la asignatura en euskera, haya que recurrir a las traducciones en castellano. Otro dato importante a tener en cuenta es la ausencia de un diccionario griego-euskera; esto quiere decir que el trabajo de traducción tiene que pasar obligatoriamente por otra lengua, una lengua puente, antes de llegar a la lengua de destino, y eso ralentiza y entorpece el trabajo.

LPA. ¿Cómo explica el término “Poetandreak”?

MLLH. Dicho término es un neologismo inventado por mí y que no existe en el idioma vasco. Aunque lo explico más detalladamente en el prólogo, en resumidas cuentas, vendría a ser una palabra compuesta que contiene los vocablos “poeta” y “andre”. Es decir, su equivalente en castellano sería “mujer poeta”. Basándome en el carácter aglutinante tanto del euskera como del griego, he querido crear una única  palabra que especificara que todas las poetas que recojo en el libro son mujeres, evitando cualquier tipo de giro lingüístico o perífrasis que alargase en exceso el título y que, además, separase morfológicamente a la mujer y a la poeta, pues estoy convencida de que ambas condiciones son intrínsecas de una misma persona. Además, aunque el euskera no haga distinción de género, etimológicamente el sustantivo latino poeta es masculino, ya que entra dentro del grupo de excepciones de las palabras de la primera declinación que, por definición, son femeninas, a excepción de los oficios, entre otros, puesto que se suponía que los oficios los desempeñaban los hombres, como nauta o agricola, por ejemplo, es decir, “marinero” y “agricultor”, respectivamente. Y he querido también jugar con los étimo aner, andrós del griego, que significa “hombre”, que se asemeja a “andre” del euskera y cuyo significado es, casualmente, “mujer”, queriendo así jugar, en cierta manera, con el carácter ambiguo o andrógino del término. Por último, me gustaría agradecer profundamente a las dos editoriales que han publicado mis traducciones de Safo, de poetas grecorromanas y del Itinerarium de Egeria (Ibilbidea), que han sido Balea Zuria para la poesía y Testu Zaharrak para la crónica de viaje de la primera mujer escritora hispana. Sin ellas, seguramente, la literatura vasca continuaría con la misma carencia de hasta ahora.

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