Nació en Monclova, Coahuila. México, en 1969. Publicó “Donde la piel” (Mantis Editores/CONARTE, 2019), “Las flores desenfundan sus espinas, antología personal” (Secretaría de Cultura de Coahuila, 2013), “Carne para las flores, antología personal” (Aullido libros, España 2011), “Ruido de hormigas” (Gatsby Ediciones, 2005), “Los frutos del sol” (Castillo MacMillan, 2005) libro infantil, y “Casa de sol” (FECA-CONACULTA 1995), entre otros. Fue incluida en “Anuario de poesía mexicana” (Fondo de Cultura Económica, 2006). En poesía, recibió beca del FONCA, estímulos del FECA y del PECDA en varias ocasiones y FORCA-Noreste 2011-2012, en Lima, Perú. Obtuvo la presea municipal de poesía Manuel Acuña, en 2008. Poemas suyos fueron traducidos al alemán, árabe, francés, inglés y portugués. En Valencia publicó “21veintiúnversos”, (octubre, 2015), y en Lichtungen (noviembre, 2016). Trabaja con poesía visual y sonora. Parte de su trabajo se encuentra en www.thenatureofcities.com. Es directora de Divulgación Científica en el Museo del Desierto, maestra en Historia de la Sociedad Contemporánea y cursa el Doctorado en Ciencias y Humanidades para el Desarrollo Intrdisciplinario.
Búfalo
yo búfalo
un tumulto de pisadas
de pelambre
manada en movimiento
búfalo entre búfalos constantes
dando masajes a la tersura de humedades y pedruscos:
hoyar un poco
palmear notas graves a la tierra
búfalo en avance
yo era un rumor una vibración sobre esa epidermis diamantina
pelambre bruñida por las rocas entre troncos o semillas erizados
existencia y gratitud como una sola significación
ah la tierra y sus perfumes
percibíamos su deleite
su éxtasis como espuma en el río contiguo
todo ardor éramos
unidad de intención al suavizar el territorio
que debajo se movía imperceptible pero definitivo
éramos puro atrevimiento
pura certeza en movilidad para el vigor del núcleo y sus húmedos recursos
golpe rítmico de nuestras patas
masaje necesario para la resistencia del sistema
esa era mi tarea
y esto ocurrió en un valle
visto a la vez y a un tiempo por ojos míos que eran también ojos de quien se esparce es decir de ojos del viento
o de ojos colgados del cielo desde allá arriba nosotros vistos
tan abarcadora era la visión
respiración humeante
sosiego en tierras frías
éramos un río de sangre al galope
esa conciencia de unidad sin importar estas descripciones
inclusive sin importar los ojos o la ausencia de ojos
pues todo era trivialidad mientras fuera la vida ocurriera
y luz en agitación por supuesto
Apuntes antes del último trago de agua
Entre las montañas al filo de un cañón
un águila real apresa un cordero
remonta fuerte en sus garras aletea
el cordero gime
y se estremece de la ausencia del suelo
y no entiende
se duele digo
y mira que vuela
que se lo llevan los músculos del aire
yo sigo en llano abierto
no habrá más agua
ardo
miro arriba
sé que no he perdido la razón:
el cielo todavía es de fuego
(6.1.22)