Israel Gayosso (México) / Migaja de almendras

¿Y qué es?

¿Y qué es el amor?
Una doctrina después
de la vida sombría.
O una danza rinconera
con labios de decesos.

Un llanto difunto del maná.
¿Qué es el amor?
Una migaja de almendras
tan lejanas, como las estrellas

Parlante suspiro centinela
suelta la mano de gas
no construyas, fértiles agonías
¡parecen fallecidas!

Juegan al amor, los enamorados,
y el mar con lágrimas azules
por la huida de la brisa
envenena su recuerdo como cárcel.

La necia paz, la antorcha sin la fe
y un miserable, con la capa
de polvo demacrando conciencias.

¿Y qué es el amor?
Unas cuerdas tan delgadas
una mañana teñida de la sal
y un pincel en el balcón de la vejez.

Somos inquilinos del papel
de la carta con un beso dibujado
después arrastrado y arrugado.
¡Oh, pobre tinta desazonada!

Baldíos los humos sobre los ecos
y las redes del sol, no me cobijan
¡sólo me estorban!
Ni la voz deletreando su nombre
me consuela.
¡¿Qué sigue siendo el amor?!

Un mendigo anónimo aprensivo
o una ventana abierta, llamada garganta.
Preguntémosle a la erizada lágrima
que finca en tu mejilla.

Sólo con mirar

Me sabes a un azul navegante
donde se pasean las entumidas
malabaristas rocas, quienes tienen
ganas de gritar, de escuchar,
por los siglos cabalgar.

Imposible no sentir
una desgracia eterna
en este oleaje de estrellas
cabalgantes de mudez.

Planetas rugientes y desolados
perfumados por la distancia,
y un ventanal por siempre abierto
de par en par.

Colores dorados, negros, blancos
¡una orgía de pigmentos en el cosmos!
¿Y por qué no liberas tu viudedad?
huraño universo de cristal.

Dueño absoluto de la miseria
rey rasposo supremo
húmedo o seco.
Un rayo retorcido fosforescente
que te acompaña sin voluntad.

Formo esperanza con la Vía Láctea
un río sensitivo con el espacio
unas flores con el tiempo.

Y este desnudo astro
caminando por la senda inmensa,
buscando miopes caricias
muertas u olvidadas.

¡Ay, embalsamada y triste mirada!
Deja de bañar en este hueco
y cúmulo de desdeñadas galaxias.

Las compuertas marchitadas
serán para la espantada infinitud,
y nosotros, testigos en el pálido vuelo
sin punto de reunión.

Risa de un criminal

Criminal es: un seductor orgullo
un espantoso incoloro perdón;
el pecho chupador de las caídas
siempre con una gravedad frondosa.

Así, pagar por amar por un luto ácido
voy enfadando con pleitos, frases
de amores escritos en pétalos de gracia.

Aromas perdidos, como impuros los claveles
refundidos en el callado canto del cultivo,
alborotando una inocente fosa mentirosa
tan sanguinaria como su vil cosecha.

Una mujer estafada y endulzada
por los besos en derroche ¡Hoscos besos!
hoscos magnates del terciopelo
hoscas mañanas de nociva brisa
hoscos, hoscos, hoscas ¡Putrefactas moscas!

La hora abierta admirando los cuchillos
el sentido ingrato amparando desencanto
tres, dos, uno… ¡Una negra bolsa sin motivo

Nació en Torreón, Coahuila, en 1976. Publicó “Compendio de poesías negadas”, en 2013, que presentó en un acto que realizó en una carnicería, y en el que afirmó que las instituciones de Chihuahua se negaron a publicar su poesía por considerarlo “poeta maldito”. Gayosso recitó algunos poemas incluidos en este libro durante una protesta frente al Palacio de Gobierno, ocasión en que la policía reprimió con dureza a quienes se manifestaban. Uno de los poemas del libro está dedicado a los funcionarios que rechazaron su obra. Se titula “A los lagartos muertos”.

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