Marisa Trejo Sirvent, de México

Texto enviado por Marisa Trejo Sirvent, quien nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en 1956. Escribe poesía, cuentos y ensayos. Publicó ocho obras poéticas y cinco de ensayos, y publicó tres antologías. Poemas suyos fueron traducidos a cuatro lenguas.

Alaíde Foppa, sé que el tiempo ha pasado

Sé que el tiempo ha pasado
que las mañanas todavía son frescas
en el jardín pequeño de tu casa
de la calle Minerva en la Colonia Florida
Sé que la vida vuelve a veces como un recuerdo
en medio del salón de clases en la UNAM
tu voz pausada cargada de vivencias y de sueños
melodiosa y profundamente sabia y sensible
leías y leías y luego traducías del italiano
o del francés algo que no entendíamos de principio
pero que sabíamos importante para la historia de las mujeres
o para las que queremos saber sobre su historia
Sé que el tiempo ha pasado
Sé que todo ha cambiado luego de cuatro décadas
Sé que tus restos aún están perdidos
en algún lugar incierto de Guatemala
pero tu vida vuelve en cada página
en cada artículo de la revista Fem
en los poemas feministas que escribiste
en cada una de tus luchas y pesares
No sé muy bien si el dolor te hizo después
ya no escribir más sino dedicar tu vida
a la lucha a tu pueblo y a tu gente
Sé que el tiempo no vuelve
pero recuerdo también el movimiento de tus manos
reafirmando lo que tus labios leían
cosas trascendentales que ningún profe lee
que nos hacían pensar y disfrutar la lectura
Recuerdo tu manera de ser desprendida
tu manera de hablar de Olympe de Gouges
de su Declaración de los Derechos
de la Mujer y de la Ciudadana
y de cómo la guillotinaron cruelmente en París
por la osadía de pensar en ser igual a los hombres
Recuerdo cuando mencionabas a Betty Friedan
y su trascendental libro “La mística de la feminidad”
que movió conciencias y cuestionó el American Way of Life
Nos hablabas por primera vez del libro de cabecera
de Simone de Beauvoir “El segundo sexo”,
de Mary Wollstonecraft
y su Vindicación de los derechos de la mujer
increíblemente publicada y conocida desde 1792
Recuerdo aquellos pasillos de la Facultad de Ciencias Políticas
tu manera de entregarte cuando exponías un tema
no te imagino atada ni amordazada ni asesinada
no hay cabeza cuerda que pueda pensarte así
solamente una cabeza loca y violentamente desquiciada
podría concebir esa manera de hacerte pagar
por apostar por la libertad y la igualdad.
No te concibo de otra forma más que como eras
Te recuerdo siempre debajo de la lluvia
cada vez que pasan estrellas fugaces al lado del mar
cada vez que aparecen colibríes y mariposas azules
cada vez que encuentro un libro que me recomendaste
y todavía me asombro cómo me los facilitaste
sin egoísmos ni muchas recomendaciones
para leerlos y luego religiosamente
te los llevaba a casa caminando por el boulevard
más tranquilo y hermoso de la Ciudad
Me asombra que algunos estaban firmados
por escritoras de varios países
Siempre fuiste desprendida con los demás
maravillosamente generosa
Sé que el tiempo ha pasado
que tus mañanas todavía son frescas
en ese campo abierto donde ahora descansas
a pesar de tu secuestro y tu muerte
aún sigues y esa es tu victoria querida amiga
permanentemente viva

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