Dilemas económicos y políticos que aquejan al teatro español

Directores y gestores dan cuenta de dificultades crecientes por los presupuestos estancados y por los cambios políticos tras las elecciones.

   Hay “mucha precariedad en el sector” declaró el director del Festival Grec de Barcelona, Cesc Casadesús, y se registra también incertidumbre sobre festivales cuya dirección es estatal y cuyo futuro está en duda por los cambios políticos en varias comunidades autonómicas.

   Casadesús y otros realizadores y gestores trataron estos temas en una serie de consultas desplegadas por El Periódico de España, antes de las elecciones nacionales del 23 de julio, en las que el Partido Popular, de derecha, fue el más votado, pero quedó aparentemente sin capacidad para formar gobierno, lo que en cambio sí parecía al alcance del oficialismo, encabezado por el Partido Socialista Obrero Español.

   Como en todo el mundo, las artes escénicas de España, en todas sus variantes, entraron en crisis durante la pandemia de 2020 y, según varios de los testimonios, todavía no se recuperó completamente.

   Durante las consultas realizadas por la publicación, uno de los temas recurrentes es la inflación, en parte también una derivación de la crisis sanitaria mundial, con impacto en gran cantidad de países.

   Irene Pardo, que este año se desempeñó por primera vez como directora artística del Festival de Teatro Clásico de Almagro, que comenzó a fines de junio, declaró a El Periódico de España que “la inflación está impactando directamente sobre los proyectos artísticos”. Es que, explicó, aumentaron los cachés, los costos de las giras y de la infraestructura técnica.

   Ubicó esos incrementos en alrededor de 40 por ciento y dijo que el problema demanda compromiso de las instituciones y “del tejido empresarial de las ciudades”.

   Jesús Cimarro, director del Festival de Mérida, expresó que la inflación “ha hecho que los presupuestos se desmoronen porque, además, llevamos años con el mismo presupuesto, y eso provoca que no puedas levantar proyectos de mayor riesgo o de mayor envergadura”.

   Los costos de transporte y alojamiento crecieron alrededor de 30 por ciento, coincidió Salvador Sunyer, director del Festival Temporada Alta de Girona. Mencionó a compañías que “no se mueven si no es con cierto sentido de sostenibilidad y piden viajar en tren, por ejemplo, o no venir al festival solo para un día, sino para varios. Y esa reclamación de una mayor responsabilidad ecológica y medioambiental está bien, pero aumenta los costes”.

   Este conjunto de factores impacta en la participación de compañías de América Latina, invitadas frecuentemente a festivales españoles. Casadesús dijo que intentó “crear redes a nivel europeo y montar giras sostenibles, porque ahora mismo es imposible traer tu solo a una compañía de Latinoamérica”.

   Eso requiere conseguir socios y compartir la inversión, y así “montarle una gira a la compañía que quieres traer”.

   La cooperación, el funcionamiento en redes, es una salida apoyada por la directora del Festival TNT de Terrassa, Marion Betriu.

   Alberto Conejero, dramaturgo, poeta y director, a cargo del Festival de Otoño, abogó también por el trabajo en alianza porque “se ha acabado el tiempo del ‘primeravecismo’, eso de que yo te traigo un espectáculo y solo te lo traigo yo”.

   La pandemia, prosiguió, demostró que “estábamos en una rueda, muy ligada al sistema capitalista, que fagocitaba todo desde el punto de vista de la novedad, y eso ya no tiene sentido”.

   Por lo tanto, se requieren nuevos conceptos para la producción teatral, para superar un modelo que “favorecía más la novedad que la exhibición a medio y largo plazo”, lo que según Conejero obligaba a creadores y creadoras a “producir una o dos piezas por año”.

   En cuanto a los cambios políticos, con el avance de la derecha, en sus variantes, en las elecciones autonómicas, quienes fueron consultados por El Periódico de España expresaron preocupación por la dependencia de festivales y realizaciones de funcionarios de turno. Según Betriu, “uno de los problemas más graves y endémicos en España es que no hay una separación real entre política y cultura, y eso permite la injerencia y que no se pueda trabajar con holgura y a largo plazo”.

   Jesús Cimarro, del Festival de Mérida, dijo también que “la incertidumbre se produce cada vez que hay elecciones pero, al final, la clave es quién está al frente de las instituciones, se trata de las personas más que de los partidos, de si esas personas tienen la capacidad de gestionar eso que les han encomendado”.

   Estos pronunciamientos fueron publicados mientras en España se formaba la Organización para la Libertad Artística, que se propuso reunir a creadores y artistas ante el avance de medidas de censura que sufrieron varias realizaciones.

El artículo original está disponible en este vínculo:

https://www.epe.es/es/cultura/20230612/festivales-teatro-crean-alianzas-aplacar-inflacion-88368908

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *