La Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional anunciaron la adjudicación para la poeta nicaragüense, quien fue seleccionada entre 49 candidaturas.
El jurado resolvió adjudicar a Gioconda Belli el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por “su expresividad creativa, su libertad y valentía poéticas”, así como por “su significación en la cultura contemporánea de Nicaragua, que refuerza el prestigio de uno de los grandes países de la lírica hispanoamericana”, dijo el anuncio oficial.
La presidenta de Patrimonio Nacional, que es una institución del Estado, Ana de la Cueva, informó que este año estuvieron en consideración 49 postulantes.
Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española e integrante del jurado, destacó la “cercanía” de Belli con esa institución y su lucimiento como “escritora en todos los géneros literarios”.
El poeta Luis García Montero, presidente del Instituto Cervantes, consideró a Belli como una figura destacada “en el desarrollo de la literatura contemporánea en los últimos 50 años”.
Belli nació en Managua, en 1948. Comenzó a publicar en medios de difusión de su país a comienzos de los años 70 y obtuvo un premio de la Universidad Autónoma de Nicaragua con su libro “Sobre la grama”.
Luchó contra la dictadura de Anastasio Somoza como integrante del Frente Sandinista de Liberación Nacional y desempeñó funciones oficiales en los primeros tramos del nuevo gobierno. Junto con otros intelectuales, fue tomando distancia del presidente Daniel Ortega hasta apartarse por completo, denunciarlo como dictadura y marchar al exilio.
El enfrentamiento con el gobierno nicaragüense motiva en medios de prensa tradicionales de muchos países de Occidente una atención que Belli no recibía por su obra como poeta y novelista. De hecho, la posición contraria al régimen nicaragüense es la misma que estos medios expresaban cuando Belli desempeñaba funciones oficiales.
En ese sentido se inscribe la declaración del rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, quien elogió la decisión de la escritora de “reivindicar valores como la dignidad de la persona, la lucha contra la tiranía y el mantenimiento de una posición coherente en todo momento”.
El régimen de Ortega está acusado de violaciones gravísimas a los derechos humanos a partir de abril de 2018, cuando se desataron en el país manifestaciones masivas contra un proyecto de reforma del sistema de seguro social que, paradójicamente, el Presidente había pactado con el Fondo Monetario Internacional, en traición abierta a los principios históricos del sandinismo.
ADJUDICADO EL PREMIO FRANCISCO BRINES
El premio Francisco Brines, que organiza la fundación homónima, recayó en su tercera edición en el poeta español Rafael Espejo, en la modalidad en castellano, y en Yolanda Esteve, en valenciano.
La organización del concurso informó en Oliva, Valencia, que se recibieron 1.200 obras en castellano y 200 en valenciano. La mayor parte de quienes participaron son de España, pero también se recibieron trabajos de varios países de América Latina.
Espejo, quien nació en Palma del Río, Córdoba, en 1975, concursó con “Criaturas del momento”. El jurado dijo que es un libro “de plena madurez, de entonación muy personal, que revela a un poeta dueño de su palabra y de su mundo. Sus versos, llenos de lirismo y salpicados de imágenes sorprendentes, cantan el asombro de la pérdida de la inocencia”.
En la variante en castellano, el jurado fue conformado por Fernando Delgado, Carlos Marzal, Vicente Gallego, Luisa Castro, Silvia Pratdesaba y Andrés García Cerdán, ganador de la edición precedente.
Yolanda Esteve obtuvo el reconocimiento con “Els ostatges”, obra que se destaca por “el compromiso con la realidad y la forma sutil de entrelazar el mundo exterior con la experiencia individual, que se mantiene de forma sostenida a lo largo de la obra a través de su propia métrica”, dijo el jurado que integraron Enric Sòria, Marta Nadal, Marta Pessarrodona, Àngels Gregori, Manuel Borrás y Txema Martínez, ganador de la edición anterior.