La institución estatal creada para promover las ciencias y las artes, ofreció lecturas durante las celebraciones por sus 80 años.
La elección de la poesía para uno de los actos por el aniversario se debe a que “es un yo que es un nosotros y, al mismo tiempo, su primera persona encarna un singular que a todos nos concilia”, dijo el poeta mexicano Vicente Quirarte, quien es uno de los integrantes de El Colegio Nacional.
Sobre la base de ese concepto, el encuentro incluyó lectura de textos de Enrique González Martínez, Alfonso Reyes, Jaime Torres Bodet, Salvador Elizondo, Octavio Paz, Rubén Bonifaz Nuño, Ramón Xirau, Jaime García Terrés, Fernando del Paso, José Emilio Pacheco, Vicente Quirarte y Gabriel Zaid.
El Colegio Nacional fue fundado en 1943 por el presidente Manuel Ávila Camacho, quien le atribuyó el trabajo de agrupar a científicos, artistas y escritores de todos los géneros. Propuso que aportaran su espíritu creativo y conocimientos en pos de una identidad nacional virtuosa, con el lema “Libertad por el saber”.
El decreto de creación determinó que fuera integrado por quince miembros, para impartir conferencias, propiciar debates y actividades científicas y culturales abiertas al público, gratuitas. Posteriormente, el presidente Luis Echeverría Álvarez amplió a cuarenta el número de colegiados y colegiadas.
Entre los primeros designados estuvieron el poeta Alfonso Reyes, el pintor Diego Rivera y el filósofo José Vasconcelos.
Las actividades por los ochenta años incluyeron el recital “Arrecifes de instantes”, dedicado a las y los poetas que integraron e integran El Colegio, y a Cristina Rivera Garza, quien fue designada para sumarse a la institución.
El encuentro fue coordinado por Quirarte y Christopher Domínguez Michael. La lectura estuvo a cargo de Arturo Beristáin y Luisa Huertas, del elenco de la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes.
“La poesía es una apuesta por la vida”, expresó Quirarte, y quien se dedica a ella “hace subsistir al filo del tiempo” y se expone a “caídas y elevaciones, a tempestades y sequías”.
La poesía, insistió, “superior a la feria de vanidades, se encuentra por encima de combates de nuestro pequeño género humano. Barco que parece naufragar debido a nuestra imprudencia y nuestras ansias, tarde o temprano rescata a sus auténticos iniciados: fuego de pobres, ciudad de la memoria, libertad bajo palabra, la poesía es salvación para un náufrago que nunca ha visto el mar”.
La lectura, explicó también, es una de la formas de reconocer que la poesía es “una de las ocupaciones fundamentales de los colegiados”.
Mencionó a uno de ellos, José Emilio Pacheco, quien “llamó poesía a ese lugar de encuentro con la experiencia ajena: el lector o la lectora harán, o no, al poema, que tan sólo es gozado. Terminemos entonces con nuestros oídos y nuestros corazones, y todos los demás sentidos, esta bomba de tiempo, esta bomba contra el tiempo, que es la criatura aparentemente inocua llamada poesía”.
Siguió entonces la lectura a cargo de Beristáin y Huertas. El espacio oficial de El Colegio Nacional es www.colnal.mx