El camino claro
Y si existieras, dios de los escombros,
y me viera ante ti, humo y relámpago,
de rodilla en el suelo,
doblegado por ese amor de látigos,
no te agradecería la existencia
(la existencia es azar,
tormento enmohecido de los genes)
ni te agradecería la mañana
que es un milagro sí,
pero del ventanal, de los abetos,
y no de tu minúscula empatía.
No te agradecería la piel, que es de mis huesos,
ni el placer que no admito que lo manche la hiedra,
ni el sabor de la caña, que agradezco a mi abuelo
ni el ron que me hizo hombre
ni la mujer que ahora cabalga en mi recuerdo
(ron y mujer son obra del sueño de un poeta).
Si en un delirio irónico bailaras y existieras,
yo te agradecería a gritos por la cumbia.
La cumbia, remo eterno,
patrona de la sangre de los negros,
convulsión de madera que suspende
la luz del Magdalena en cinco velas
y que rompe por gracia de Yemayá sangrante.
Yo te agradecería por la cumbia,
ausente dios de mármol.
La cumbia que acunaron los esclavos
a falta, cómo no, de tu sonrisa.
Excitación o calma
En el centro de mis preocupaciones matutinas se encuentra el aguacate,
lujurioso planeta de fe verde que ilumina la mesa
y adorna el más humilde de los granos.
Mi angustia no es la fruta
(la fruta es carnaval irrepetible)
sino el reloj que marca su llegada.
Se impone ser más claro.
El aguacate llega hasta mi barrio
empujado por hombres, sobre ruedas,
como a la realeza corresponde.
Los hombres le preceden
y pregonan la gloria de Su Alteza.
“¡Aguacate! ¡Aguacate!”
Y de su boca emerge la voz de los mexicas
para tentar la boca de nosotros,
los que en un quinto piso y entre aplausos
abrimos paso a un hambre que no duele.
Mi angustia no es la fruta voluptuosa
sino la variabilidad de la avalancha,
su indecisión de nube.
Más o menos es esto:
si acelero mi llegada a la puerta,
digamos a las nueve
(ayer cantaron a las diez en punto),
pueden pasar dos horas entre autos y perros bienamados
antes de que el anuncio de la fiesta ilumine a mi esquina.
Por otro lado,
siempre que decido esperar
a que la música en la voz de los buenos
me recuerde que existen la belleza y el trópico,
sucede que no hay tiempo de bajar cinco pisos
entre chisme y vecinas olvidadas del mundo
y se van de mi barrio la luz y el aguacate
del modo en que llegaron: sin que yo les importe.
Excitación o calma. Dilación o corrida.
En cada caso y siempre
el barrio me recuerda cómo funciona el mundo:
lo que importa aparece a su tiempo y su antojo
y toda discusión sobre el después o el antes
es un escalofriante desperdicio de tiempo.
Ayudarme a vivir
Hay una forma de salvarse
que significa no salvarse nunca.
Un modo incandescente de enfrentarse a la lava.
Un método de escape
que implica atar los pies a la cornisa.
Se trata de inclinarse frente al árbol
mientras el hacha quiebra.
Se trata de acudir al terremoto
descalzo y con los ojos entreabiertos.
A veces la certeza de lo bello
no te la da la flor sino la esquirla.
Llegará una mañana
Llegará una mañana sin sospechas,
sin vidrios en la cama, sin vacunas,
en que declararemos nuestras dunas
escandalosamente insatisfechas.
Se inmolarán las últimas cosechas
y abril hará la paz con los paganos.
Llegará esa mañana y nuestras manos
sabrán que no hay dolor porque no hay flechas.
Y cuando se arrepienta tu suicida
y mi suicida desatienda el techo
seremos otra vez los que a la herida
responden con un látigo desecho,
los que eligen salvarse de la vida
enterrándose espadas en el pecho.
Nació en Yarumal, Antioquia, en 1969. Es poeta y también músico, condición en que es conocido por el nombre artístico “Pala”. En 2020 obtuvo el Premio Internacional “Miguel Hernández-Comunidad Valencia”, por su libro “Abajo había nubes”. Al año siguiente, le fue adjudicado el “Premio Internacional Antonio Machado en Baeza”, por “En el abrazo de la sílaba”. Y, en 2022, obtuvo el premio internacional “José de Espronceda”, por la obra “La vocación del remo”. Estudió música en el Instituto Superior de Artes de La Habana. Se graduó en Filología Hispánica en la Universidad de Antioquia. Otras obras suyas son “Pasacintas” y “Así se besa un cactus”. También recibió reconocimientos como músico.