Vuelve a presentarse la pieza con el actor Luis Dubó, que encarna al poeta y expone su visión del mundo.
“Sobre el mundo que verdaderamente habito o la experiencia poética” es un texto publicado por Jorge Teillier en 1968, y que es la base de esta obra que se presentó por primera vez en noviembre de 2022 y desplegó nuevas funciones a fines de marzo de 2023.
A ello se suman poemas para una adaptación escénica que escribió el actor, director, bailarín y coreógrafo Ítalo Tai, para lo cual realizó una investigación en Lautaro, la ciudad natal del poeta, y en otros puntos del país, entre ellos Victoria y Santiago, la capital.
Lautaro, donde Teillier nació en 1935, se ubica en la región de la Araucanía, donde él transcurrió la niñez y adolescencia, en contacto con la naturaleza y con la cultura mapuche.
Más adelante cursó Historia en la capital, donde se vinculó con autores de las generaciones del 50 y 80, entre ellos Enrique Lihn, Francisco Véjar y Braulio Arenas.
Teillier recibió gran cantidad de reconocimientos, como el premio de la Federación de Estudiantes de Chile, en 1954; el del Concurso Gabriela Mistral, en 1960; el Premio Literatura de Santiago, en 1961; el premio Eduardo Anguita, en 1993; y el Premio Mejores Obras Literarias Publicadas, en 1994.
Su poesía tiene como eje el paso del tiempo, que el autor observa en conexión con la naturaleza.
Se lo considera el impulsor principal de la “poesía lárica”, sobre la cual dijo en el ensayo “Los poetas de los lares”, de 1965: “Frente al caos de la existencia social y ciudadana, los poetas de los lares pretenden afirmarse en un mundo bien hecho, sobre todo en el mundo del orden inmemorial de las aldeas y de los campos, en donde siempre se produce la misma segura rotación de siembras y cosechas, de sepultación y resurrección, tan similares a la gestación de los dioses y los poemas”.
La obra que subió a escena a fines de marzo muestra a Dubó junto con un grupo de bailarines. La música fue compuesta por Sebastián Errázuriz.
Ítalo Tai declaró que en su obra “el poeta aparece como el sobreviviente de un paraíso perdido, como testigo visionario de una época dorada de la humanidad que conserva a través de los tiempos el mito y la imagen esencial de las cosas: casa, tierra, árbol. Pero el recuerdo ingenuo e incorruptible que se recupera por medio de la memoria, se trasciende sólo momentáneamente y culmina con su paulatina desintegración”.
Ante esa situación, prosiguió, “se buscan las huellas perdidas, para acceder al lugar maravilloso de donde venimos. A través del recuerdo, la realidad cotidiana se hace visible y se recupera. Pero ella solamente sobrevive en los lugares del hallazgo, constituido por los residuos del pasado y los espacios secretos y ocultos: el espacio encubre al tiempo”. La trayectoria de Tai muestra que usa multiplicidad de recursos y formatos, como varios tipos de danza, teatro, acrobacia y artes plásticas para sus realizaciones.