Nació en Barranquilla, Colombia, en 1922. Meira Delmar es el seudónimo que eligió Olga Isabel Chams Eljach para dar a conocer sus poemas en una revista cubana cuando era adolescente, y así evitar una condena de su familia y ser reconocida por allegados. Ya en 1942 publicó “Alba de olvido”, título seguido por “Sitio del amor”, “Secreta isla”, “Reencuentro”, “Alguien pasa” y “Viaje al ayer”, éste en 2003, seis años antes de su fallecimiento. En su homenaje fue creado el Premio Nacional de Poesía Meira Delmar.
Ausencia de la rosa
Detenida
en el río translúcido
del viento,
por otro nombre, amor,
la llamaría
el corazón.
Nada queda en el sitio
de su perfume. Nadie
puede creer, creería,
que aquí estuvo la rosa
en otro tiempo.
Sólo yo sé que si la mano
deslizo por el aire, todavía
me hieren sus espinas.
Dejo este amor aquí…
Dejo este amor aquí
para que el viento
lo deshaga y lo lleve
a caminar la tierra.
No quiero
su daga sobre mi pecho,
ni su lenta
ceñidura de espinas en la frente
de mis sueños.
Que lo mire mis ojos
vuelto nube,
aire de abril,
sombra de golondrina
en los espejos frágiles
del mar…
Trémula lluvia
repetida sin fin sobre los árboles.
Tal vez un día, tú
que no supiste
retener en las manos
su júbilo perfecto,
conocerás su rostro en un perfume,
o en la súbita muerte de una rosa.
Soneto marinero
Digo tu nombre, mar, tu nombre ardido
de soles y de júbilo creciente,
y el corazón enamorado siente
más clara la presencia del latido.
Velero que navega repetido
por los quietos espejos de la frente,
regresa tu paisaje lentamente
como si retornara del olvido.
Y surge tu comarca marinera
con una trashumante primavera
de espumas en la mano de cristal.
Y tu voz de colores, y tu alada
corona de blancura trabajada
en gaviotas y pétalos de sal.