Nombrar
Nuevas páginas subrayo
con la tinta indeleble de tu transparencia
La tierra no se agota
en memorias o en olvidos sino en las veces
que guardo silencio
antes de pronunciar con sentimiento infinito
tu nombre.
Este continuo desnudarme
Estoy desnuda dentro de este cuarto de espejos
deseando la resonancia más bella de mi misma
pero afuera la ciudad
no deja recobrar el silencio
que en la mañana traza el colibrí o la torcaza
el aleteo tornasolado y el canto
son los labios de esa oscuridad sonora
que se asemeja al mar apacible
por qué no entienden allá
que el estruendo mutila el rito de las flores
cuando se abren líricamente
bajo la directriz del viento
¿qué horas son? el tiempo para desprenderse
me destierro, abro otro camino
pienso en un túnel del porvenir
debo seguir en este continuo desnudarme
donde afloran los pinos y los robles de mis senos
donde el mangle cobra sentido
en la zona costera de mis piernas
donde se conjugan los arrayanes, los luceros
donde el mar bebe de mí
donde me hace el amor este absoluto silencio.
Tierra lúcida
En una tierra sin sombra
que brillaba por sus propios minerales
me pregunté
por qué la tarde
estaba dentro de mí.
Si he crujido
como el hielo
en momentos torturados.
Supe entonces
que soy todas las crestas solares
y que vivo en la condena de mi cuerpo.
Ilusión óptica
Caminamos con la noche abierta en la garganta:
afloraron palabras que vertieron luceros
Hoy las veo desde este mes, sentadas en flor de loto,
mientras nuestra juventud aspira a la inmortalidad
en los linderos del sueño.
María
Una semana de junio /
fue mi abuela un piquetazo de avispa en la punta de mi corazón adormecido /
Desperté y la soledad era nubarrón sobre la espalda /
Desierto sin banderas genealógicas /
Desperté: la soledad y la ciudad eran una /
Mi cuerpo se deshizo como hielo intrascendente /
Necesité del fuego de la hembra para coser mi barro /
El eco me devolvía la amargura en un relámpago /
Y el sonido cimbró mi esqueleto hasta reconocerme muda /
Tuve que gritar para escucharme en un murmuro de agua /
Le deseé estupendo viaje /
Imaginé una estampa: el tren y los paisajes michoacanos /
Mi abuela comía zarzamoras en la travesía /
Me quedé con este álbum y en la búsqueda de mis propias piedras.
(Nació en Colima, México, en 1984. Entre sus obras publicadas figuran “Tierra de cada día”, “Batalla de la aurora”, “Para morir en rojo” y “Libar encantamientos y otros poemas”. Licenciada en Letras y egresada de la Maestría en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Colima, trabaja como docente. También desarrolla proyectos de literatura infantil y juvenil. Colabora en publicaciones literarias).