Anderson Gómez Sánchez, de Colombia

Poemas enviados por Anderson Gómez Sánchez, de Bogotá, Colombia, quien publica en su espacio leyesdelatinta.wordpress.com. Está presente en Twitter, en la cuenta @Leyesdelatinta.

Poesía

Un disparo
hacia cuerpos que se esfuman,
eso eres, poesía.

Un disfraz
diario de incógnitas
la revelación
de un dios que peca
desánimo insobornable
herida de amor secreto
suspiro de sombras
luz tenebrosa
misterio espasmódico
un acta que se escribe
entre pensares difusos
un libro que se lee
con ojos ciegos.

Absoluto o vacío
nada y todo
eso eres, poesía.

Poesía I

Tesis, antítesis y síntesis de la incerteza.
ventana oscura al horizonte:
inspiración forzada,
encuentro insensato,
pasos que se brindan
en la supremacía del viento,
el ahora y el después
de las promesas rotas,
amor desperdiciado,
letras incógnitas
que habitan plazas sin gente,
gente sin sitio que se mide en el hambre,
mariposas arrulladas
en los abismos del miedo.

Conciencia de no lugares,
eso eres, poesía.

Arte

Somos intérpretes de aquello que nos inspira.

El arte es una efigie
deslumbrante y desconcertante:
una rosa puesta
sobre escaleras rocosas.

Llamo arte al temblor de los muslos
al sudor que yace como adorno al estremecimiento
a los jadeos que responden al miedo
y al placer inmóvil de las embestidas.

El arte es magnetismo
que atrae polvo y memorias:
una historia entre historias
sin finales predecibles.

Llamo arte a las manos
que labran cadenas entre nubes
a la escritura en el viento
y a los textos que reposan en olvido.

El arte es un blanco espacio
que se adorna con silencio:
pigmentos ilusorios
como enjambres delineantes.

Llamo arte a las pieles desprotegidas
en cuya estampa se recrea el mundo
a los muros que rescatan
la intención de la destreza.

El arte es amalgama de euforias
armonías que tejen sensaciones probables:
murmullos y convulsiones
como pasión en reposo.

Llamo arte al resoplar de la muerte
en cuyos aires vetustos
se oyen imposiciones resplandecientes
como lapso detenido a mitad del misterio.

El arte es un templo al dinamismo audiovisual
que juega con deidades magnéticas:
señales que se atrapan
entre charcos intranquilos y cielos escarlatas.

Llamo arte a la dispersión de ojos
que reeditan los rezagos de su existencia
e imitan con pretensiones de realidad
las creaciones del inconsciente.

El arte es el instinto de los cuerpos inquietos
en cuya esencia se forja extraño el dinamismo:
conmociones planeadas
en suelos removidos.

Llamo arte a las formas que se agitan
ante el clamor de la insistencia
donde se rompen los condicionamientos
de la normal naturaleza.

El arte es la construcción de áreas intrigantes
un acondicionamiento del tiempo:
suspenso y estética
al servicio del aura creativa.

Llamo arte a la gracia del concreto
que hace materia el estilo
remedio de planos y luces
que elevan lo extraordinario.

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