Isla Elefante, para poesía “innovadora” en España

“Todo buen poema debe ser innovador”, sostiene el también poeta Ben Clark, director del proyecto lanzado a fines de 2022.

   Las obras “Los Inútiles”, de Maribel Andrés Llamero, y “Barruntar”, de Nadia del Pozo, abrieron el catálogo de Isla Elefante que, declaró Ben Clark a La Poesía Alcanza, “ya tiene calendario completo” en 2023 y está “casi lleno” también el de  2024.

   Esos dos títulos anticiparon el concepto que aplica la editorial, pues se centra en obras “de nueva creación”, y por lo tanto en la actualidad y escritas “con la intención de dialogar con el presente”, explicó Clark.

   El poeta nació en Ibiza, en 1984, y obtuvo en 2006 el premio Hiperión, ex aequo con David García. Luego se adjudicó el Premio de Poesía Joven Félix Grande; el Ojo Crítico, que otorga Radio Nacional de España; y el Premio Loewe, en 2017, en este caso con “La policía celeste”.

   Lo que sigue son las respuestas del poeta y editor español:

La Poesía Alcanza. Leímos que Isla Elefante se propone darle lugar a poéticas “actuales e innovadoras”. ¿Cómo define actual y cómo define innovadora?

Ben Clark. Isla Elefante publica poetas que están trabajando en este momento y las obras publicadas son de nueva creación, por lo tanto son obras escritas, necesariamente, desde la actualidad y con la intención de dialogar con el presente. En cuanto a la innovación, todo buen poema debe ser innovador, está claro, pero sí que estamos atentos, además, a los poemarios que combinan diferentes formas, que dialogan con distintos géneros literarios o que juegan con el lenguaje, como es el caso de Barruntar de Nadia del Pozo. 

LPA. La preferencia por autoras y autores menores de 40 años, ¿expresa que en España sigue siendo más difícil llegar a la edición a quienes son más jóvenes?

BC. Es indudable que España es uno de los países donde resulta más fácil publicar, a cualquier edad: el gran número de editoriales, la gran cantidad de premios y la fidelidad de los lectores de poesía hace que resulte mucho más viable que en otros países como Italia, Reino Unido o Francia, por ejemplo. Con todo, aunque sea más fácil que en otros sitios no significa que sea sencillo, los jóvenes creadores siempre necesitan apoyo y todo suma. De modo que Isla Elefante busca ser un apoyo más a los jóvenes, una voz amiga que dice: “adelante, confiamos en tu obra”. 

LPA. ¿Es difícil en su país que los espacios mediáticos que podemos llamar tradicionales o convencionales se abran a proyectos nuevos, o no hay problemas de ese tipo?

BC. En general los medios tradicionales como la prensa, la radio e incluso la televisión reciben bastante bien la llegada de nuevos proyectos. Es cierto que dedican muchos más recursos a las entidades culturales consolidadas que llevan muchos años y que no necesitan tanto esa promoción, pero también, a veces, abren la puerta a nuevas propuestas y eso es algo que se agradece. Con todo, está claro que hoy es posible lograr con un tuit la misma difusión o más que tendría media página en un suplemento cultural publicado en papel, de modo que las reglas del juego han cambiado en ese sentido, y los medios tradicionales lo saben. 

LPA. La poeta Aurora Luque opinó recientemente que la publicación de poesía en ambientes digitales se realiza “sin filtro”, como que no tienen un mínimo trabajo de edición o “control de calidad”. ¿Cuál es su opinión?

BC. El problema, en mi opinión, es que el primer filtro debería ser el propio poeta. Si tuviéramos más interiorizadas las ideas de trabajo, de revisión y de unos mínimos de calidad -en contraste, por ejemplo, con un número amplio de lecturas-, entonces buena parte de lo que se publica hoy en redes sociales como poesía no se publicaría o se publicarían versiones mucho más dignas de esos textos. Hasta hace poco existía una suerte de control de calidad que era el pudor. Esto se ha perdido y quizá no sea una cosa mala, ya que no creo que sea positivo que la gente sienta vergüenza por sus textos. Pero el pudor tenía algo bueno: nos obligaba a mirar nuestras obras con cierta sospecha, preguntándonos “¿podría hacerlo mejor?” Y, lamentablemente, hay muchas personas que comparten su trabajo sin hacerse esa pregunta. 

LPA. ¿Ya están en carpeta ediciones nuevas? ¿Puede informar algo al respecto?

BC. Tenemos ya el calendario de 2023 completo y el de 2024 está casi lleno, también. Nuestros siguientes títulos son Perder el tiempo de Guillermo Marco Remón (Madrid, 1997) y Restos arqueológicos de Markel Hernández (Arrigorriaga, Bizkaia, 1997), dos libros estupendos que darán mucho que hablar, seguro. 

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