Se realizaron dos días de actividades poéticas entre ambos países, al compás del acuerdo para la normalización de relaciones bilaterales.
Las y los poetas se congregaron en la zona fronteriza, en Cúcuta (Colombia) y San Cristóbal (Venezuela), y pusieron en marcha un proyecto cultural al que llamaron “Fronteras de paz, fronteras de vida”, que mediante la actividad poética contribuya a “la integración del pueblo colombo-venezolano, que haga seguimiento a los acuerdos y se articule con los planes de los ministerios de Cultura de ambos países”.
Los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro anunciaron a mediados de septiembre la normalización fronteriza y el fin del bloqueo al paso de vehículos, que rige desde 2015. La reapertura se anunció para el 26 de septiembre, así como la reanudación de vuelos comerciales y del transporte de carga.
Petro asumió el 7 de agosto y de inmediato puso en marcha acciones para poner fin al período de hostilidad bilateral, que atravesó períodos diversos pero que se mantuvo entre los gobiernos derechistas colombianos, primero frente a las presidencias de Hugo Chávez y después de Maduro.
La participación de las y los poetas a esta nueva etapa contó con Mónica Suárez, Eugenia Sánchez, Gabriel Jaime Franco y Saúl Gómez Mantilla, por Colombia, y Ana María Oviedo, Ely Caicedo, Luis Alberto Crespo y Antonio Trujillo, por Venezuela. Estuvieron acompañados en las actividades por autoridades de ambos países.
Este grupo expresó “su absoluto respaldo al proceso de restablecimiento de relaciones plenas, seguras y duraderas entre los gobiernos de ambos países, y nuestro compromiso sincero de contribuir a la integración cultural profunda entre nuestras naciones por la paz y el cuidado responsable del planeta”.
“El Encuentro Binacional de Poetas de Colombia y Venezuela es consciente del gran impacto que ejerce en el preámbulo de la apertura de la frontera y de la dimensión social y humana sustantiva que ha suscitado”.
En consecuencia, prosigue, “queremos desplegar juntos una vigorosa propuesta para promover la paz y la convivencia”, tomando en cuenta “la interculturalidad, la memoria local y los imaginarios binacionales presentes en los territorios, por medio de la creación poética (escrita y oral), la promoción del libro y la lectura, la formación, la publicación y difusión, la investigación, los encuentros poéticos y literarios, y los espacios de comunicación”.
Finalmente, dijeron: “Nos comprometemos a crear de manera persistente crecientes espacios de diálogo, para ampliar las perspectivas de unidad espiritual en la diversidad cultural, repudiando cualquier nuevo intento de separar a nuestros pueblos. La poesía será el lenguaje y el signo de los nuevos tiempos y del destino de nuestros países que fueron uno y volverán a ser uno”.