El realizador cubano Ernesto Fundora dijo que comenzó un documental sobre su compatriota a partir del “mito” sobre su hermetismo.
También informó que trabajó durante diez años para reunir el conocimiento y la información que consideraba necesarias para su película, “Soltar la lengua”.
Ernesto Fundora, que nació en La Habana, en 1967, y es también poeta, nutrió su aproximación a José Lezama Lima con testimonios de escritores y otros creadores, entre ellos Eliseo Diego, Miguel Barnet, Gonzalo Celorio, Antón Arrufat, Fina García Marruz, José Prats Sariol y Froilán Escobar. También participaron el compositor y músico Silvio Rodríguez y la editora Neus Espresate.
José Lezama Lima nació en La Habana, en 1910. Fue poeta, novelista y ensayista. La primera publicación de un poema suyo data de 1937, año en que además conoció al poeta español Juan Ramón Jiménez.
Fundó varias publicaciones hasta llegar a Orígenes, que apareció entre 1944 y 1956, y que contó con participación de numerosos escritoras y escritores cubanos, entre ellos Gastón Baquero, Eliseo Diego, Cintio Vitier y Fina García Marruz. Además, tuvo colaboradores en el exterior que le dieron mucho brillo a la publicación, empezando por Jiménez, y también Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Aimé Césaire, Paul Valéry, Macedonio Fernández, Paul Éluard, Gabriela Mistral y Octavio Paz.
Sus obras de poesía publicadas fueron “Muerte de Narciso”, “Enemigo rumor”, “Aventuras sigilosas”, “La fijeza”, “Dador” y “Fragmentos a su imán”. Las novelas fueron “Paradiso”, que concitó atención en el país y en el exterior. Y en 1977, al año siguiente de su muerte, “Oppiano Licario”.
En diálogo con la agencia española EFE en México, donde fue proyectada la película, Fundora dijo: “Llegué a Lezama por el mito, pero en el camino encontré a un tipo con sentido del humor, divertido, un cuerista, como dicen en Cuba. Cuando descubrí eso, vi un camino para crear un puente con el espectador común”.
Respecto de los testimonios que reunió, declaró que tenía una idea de guión, pero “cuando me senté con esas eminencias dejé de ser rígido; sustituí la entrevista periodística por la conversación y eso enriqueció el proyecto”.
Así, el documental ofrece definiciones singulares sobre Lezama Lima, como la del escritor Miguel Barnet, quien lo caracteriza como “un Dios dentro de un caracol”.
El director dijo también que concibe al documental como “una obra de servicio”, y que en su realización “uno va experimentando una devoción, una admiración, un respeto, un cariño como pocas veces lo has tenido por alguien. Ahí se juntan muchos factores porque Lezama es un patriarca de la nación”.
Fundora acusa directamente al gobierno cubano por la muerte de Lezama Lima, en 1976. A su entender, “fue una operación bien montada para que su muerte pareciera natural, pero su muerte fue por anulación, por ninguneo, sometimiento y silencio. Lo convirtieron en un fantasma, lo abandonaron”.