La autora española, que recibió el premio Pedro Salinas, se pronunció contra las “leyendas” que suelen rodear a la poesía.
La distinción es otorgada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que le entregó el reconocimiento en un acto en Santander, ocasión en que Ana Rossetti dialogó con medios periodísticos a propósito del taller de poesía que dirige. Esta actividad, titulada “Mecánicas de la emoción”, se corresponde con el galardón de la casa de estudios.
Ana Rossetti nació en Cádiz, en 1950. “Los devaneos de Erato” fue su primer libro publicado, en 1980. Obtuvo el segundo lugar en el Premio Gules de Poesía, organizado por el Ayuntamiento de Valencia. Luego publicó “Devocionario”, “Indicios vehementes”, la antología “Yesterday”, “La nota del blues”, “La ordenación: retrospectiva”, y “Deudas contraídas”. Es también autora de novelas, relatos y obras para la niñez.
“Quiero desechar esa idea de que los poetas no servimos para nada, que la poesía no le interesa a nadie. Estoy en contra de esa leyenda porque me pongo a mi misma como ejemplo“, expresó.
Asimismo, dijo que en su caso logró “subsistir e inventarse otra vida” a través de su obra, lo que le permitió enriquecer su escritura.
Rossetti se pronunció contra la “leyenda” según la cual “los poetas no sirven para nada” y contra la que sostiene que “la poesía no le interesa a nadie”. En el mismo sentido, criticó a quienes “están todo el rato como de pobrecitos, como si les hicieran un favor por publicarles un poemario”.
A las y los poetas, prosiguió, le sucede lo mismo que a un médico o a un abogado, es decir que algunos pueden tener mejor suerte que otros, aunque los logros que consiguen no dependen exclusivamente del trabajo que hagan, sino también de “otras circunstancias”.
La poeta dijo sentirse gratificada por la recepción de sus obras por quienes las leen. “Que eso no sea solamente una experiencia para mí sino que otras personas lo hayan percibido es muy gratificante”.
A propósito del taller en la universidad, Rossetti dijo que en poesía se puede “enseñar la técnica”, pero luego intervienen otros factores que “no se pueden enseñar”. Además, “puedes ser muy buen poeta durante una época y de repente, lo que estás escribiendo no tiene razón de ser”, porque puede suceder imprevistamente que la escritura no tenga “ese vigor y esa fuerza”.
Sobre el otorgamiento del premio Pedro Salinas, la vicerrectora de la Universidad, Matilde Carlón, explicó que es un reconocimiento a la trayectoria de Rossetti, a quien definió como una figura “equivalente” a la de Salinas.
Sobre este poeta (Madrid, 1891-Boston, 1951), Rossetti destacó que pudo a la vez “hablar de tradición” y “hacer cosas muy modernas”. Es decir que él demuestra que, agregó, “se puede estar con Garcilaso” y también “en el siglo XXI y sus estímulos”.