Dos creadores españoles gustan estar en el “borde”

El poeta Ángel Fernández y el pintor Francisco Somoza publicaron libro compartido, “Cuatro estaciones”, que serían las de una vida.

   Ambos zamoranos, ponen en duda que hayan buscado la convención de este tipo de libros, es decir que las imágenes, en este caso acuarelas, dialoguen estrictamente con los textos. Asimismo, no está claro que hayan buscado que la obra sea representativa de la ciudad que, afirman, prefieren ver “de lejos”.

   “La ciudad se ve muy bien porque se ve lejos. Es como mejor se puede ver. Cuando estoy dentro de la ciudad, se me produce una especie de malestar tremendo”, expresó  Ángel Fernández, y corroboró Francisco Somoza: “Yo creo que todas las ciudades son mucho más bonitas de lejos que de cerca”.

    En un diálogo con la publicación ZA49, ambos creadores evitaron esmerarse en elucubraciones sobre la combinación de las obras que confluyen en el libro, y eligieron descansar en que llevan una amistad personal que sustentó el proyecto.

   Ángel López, que los entrevistó por esa publicación, les pregunto si lo tradicional no es que concuerden los textos con las imágenes. “Aquí no tienen por qué tener correlación”, respondió el poeta, y agregó: “Contra lo corriente, que es que un pintor haga las ilustraciones de un texto, aquí ocurrió lo contrario: el pintor había hecho sus acuarelas y el otro, o sea, yo, adosé un poema”.

   Somoza, quien nació en Puebla de Sanabria, Zamora, en 1952, explicó no obstante que “hay un punto anterior en el que existe una coincidencia divergente de miradas, aunque no parezca muy lógico, cuando dos personas, en un momento determinado, coinciden en lo que miran. Aquí, es Zamora en su vertiente más universal porque hay una parte de Zamora compatible con otros paisajes, sensaciones, luces de las estaciones… Las acuarelas de este territorio tienen esa coincidencia con los poemas de Ángel, que también tienen carácter universal. El mundo no es tan distinto como nos parece”.

   Fernández, que nació en Zamora en 1955, relató a la publicación que originalmente su obra tenía por título “Las cuatro estaciones”.

   “Y no sé si fue Paco o el editor quien le quitó el artículo. Fue afortunado. Ahora, no sé si son las cuatro estaciones del año solar o las cuatro estaciones de la vida de un hombre. Más bien, lo segundo. Son las cuatro edades del hombre”.

   Fernández habló de su “fama de borde”, y agregó que la “cultiva”, lo cual “hace que me tengan no solamente miedo razonable, sino también odio”.

   Y entonces dijo: “Habría querido que me educaran mal y poder decir lo que me da la gana, pero me educaron bajo las consignas cristiano-judías, que es que tienes que sufrir mucho en esta vida porque luego te va ir de perlas en el más allá”.

   El pintor coincidió: “Yo también echo mucho de menos la mala educación. Es un ingrediente de la personalidad. El sentimiento de culpa y las buenas composturas es una faena. Hay mucha gente que te quitarías de encima diciendo las cosas claras y también sería mejor para ellas”.

   Más adelante, Fernández expresó que “una edición de mil libros de poesía es una tremenda insensatez. Entiendo que ningún editor se comprometiera a meterse en este fregado. Lo ha vivido más de cerca Paco porque yo no quería ocuparme de nada más. No está el horno para bollos. Al editar un libro de poesía, el poeta se convierte en agente comercial. Tiene que presentarlo, hacer una gira comercial por lo cercano, lo no tan cercano y el extrarradio y yo no tenía ganas. Mis traslados no son cómodos, soy perezoso y, además, ya he experimentado esa sensación de vacío tremendo cuando vas a presentar un libro y te encuentras con cinco personas. Nadie que se dedique a escribir poesía puede pretender ser una celebridad”.

   El diálogo completo está disponible en este enlace:

https://www.za49.es/texto-diario/mostrar/3551928/angel-fernandez-beneitez-nadie-dedique-escribir-poesia-puede-pretender-celebridad

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