La Asamblea Nacional (congreso) de Nicaragua aprobó por unanimidad una declaración que respalda la postulación del Festival Internacional de Poesía de Granada al Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2012, una propuesta que fue hecha en febrero por el embajador español en Managua.
En una sesión realizada a comienzos de marzo, de un total de 92 legisladores, los 87 asistentes se pronunciaron a favor del proyecto que dice que el Festival de Granada, ciudad que se ubica a 45 kilómetros de la capital, merece el premio “como un reconocimiento a su aporte a la cultura, a la libertad y al progreso de la humanidad”.
El embajador de España en Nicaragua, León de la Torre Krais, había anunciado la postulación al Asturias en febrero, cuando estaba en transcurso la octava edición del Festival que se realiza desde 2005, y que se distingue de otros por múltiples aspectos y actividades.
La resolución de los diputados exhorta a organizaciones artísticas y culturales, y específicamente a las dedicadas a la poesía, a apoyar la candidatura del Festival de Granada y a hacer gestiones específicas al respecto.
En la fundamentación del proyecto parlamentario, la legisladora Loria Raquel Dixon, oficialista, informó que las ocho ediciones del festival convocaron a más de mil poetas de cien países, y a más de 50 mil turistas.
El encuentro anual “invita a celebrar en Granada el triunfo de la poesía” y “se ha convertido en uno de los eventos poéticos más importantes del mundo”, dijo la legisladora.
El premio Príncipe de Asturias está dotado con 50.000 euros y con una estatuilla diseñada por Joan Miró. Pero lo más trascendente es la repercusión internacional que los galardonados consiguen.
El Festival de Granada hace que los poetas participantes tomen contacto con el público no sólo en la ciudad sede, sino en localidades circundantes. Pero son actividades que van mucho más allá de la tradicional del poeta leyendo desde un púlpito ante espectadores silenciosos que, en el mejor de los casos, pueden después hacer un par de preguntas.
En el caso de Granada, en efecto, los poetas asisten a escuelas y lugares de encuentro de las comunidades, para interactuar con los participantes y conocer sus textos y sus inquietudes.
Además, el Festival tiene diariamente un espacio abierto, en el cual poetas nóveles, sin necesidad de cumplir requisito alguno más que esperar el turno, leen sus versos en público.